A pesar de la alerta por alto oleaje y la bandera roja que ondea en la playa Zicatela, en Santa María Colotepec, Oaxaca, grupos de bañistas continúan ingresando al mar, desafiando las recomendaciones oficiales y exponiéndose a riesgos extremos derivados del huracán Erick, que se aproxima con fuerza al Pacífico mexicano.
La presencia de la bandera roja indica prohibición total de actividades acuáticas, ya que las condiciones del mar no son seguras ni siquiera para nadadores experimentados. La situación en Zicatela es un reflejo preocupante de la falta de conciencia sobre los peligros reales que representan los fenómenos naturales en fase activa.
ERICK IMPACTARÁ COMO HURACÁN CATEGORÍA 3
De acuerdo con los pronósticos oficiales, Erick impactará como huracán categoría 3 este jueves en algún punto entre Bahía de Huatulco, Oaxaca, y Acapulco, Guerrero, con vientos sostenidos de 185 km/h y rachas de hasta 220 km/h, lo que lo convierte en un sistema altamente destructivo.
Actualmente, el centro del huracán se localiza a 255 km al sur-sureste de Puerto Ángel y a 440 km al sureste de Punta Maldonado, Guerrero. Las autoridades meteorológicas han advertido que su evolución es rápida y que las condiciones podrían empeorar en las próximas horas.
EFECTOS INMINENTES: LLUVIAS TORRENCIALES, VIENTOS Y OLEAJE EXTREMO
Las bandas nubosas del huracán Erick ya comienzan a afectar el sur del país. Se esperan:
Lluvias torrenciales en regiones de Oaxaca, Guerrero y Chiapas.
Vientos sostenidos de 40 a 120 km/h, con rachas de hasta 150 km/h.
Oleajes de entre 4 y 6 metros de altura en zonas costeras.
Estas condiciones ponen en peligro tanto a las personas en zonas costeras como a embarcaciones menores, comunidades ribereñas, turistas y servicios de transporte marítimo.
DESAFÍO A LA PREVENCIÓN: ENTRE LA IMPRUDENCIA Y LA DESINFORMACIÓN
La presencia de bañistas en playas como Zicatela, a pesar de las alertas, evidencia una preocupante desconexión entre la información oficial y la conciencia social. Ya sea por imprudencia, desconocimiento o negligencia, el hecho de desafiar el mar en condiciones de huracán no solo pone en riesgo la vida de quienes lo hacen, sino también la de los cuerpos de emergencia que podrían verse obligados a realizar rescates en condiciones adversas.
Es imprescindible insistir en la educación preventiva, el respeto a los protocolos de protección civil y la difusión efectiva de riesgos reales, especialmente en zonas turísticas donde los visitantes pueden no estar al tanto del nivel de amenaza.
LLAMADO A LA RESPONSABILIDAD COLECTIVA
Ante este escenario, se hace un llamado urgente a la población a evitar acercarse a las playas y a mantenerse informada a través de medios oficiales y actualizaciones meteorológicas. Lo que para algunos puede parecer una “aventura” o “turismo extremo”, puede tener consecuencias fatales.
En resumen, la gestión de riesgos no recae únicamente en las autoridades, sino también en la responsabilidad individual y colectiva. Respetar las señales de advertencia y atender las recomendaciones puede marcar la diferencia entre la prevención y la tragedia.