Entre carencias y ayuda humanitaria trabajan bomberos de Pochutla

Después de permanecer por casi ocho meses retenidas por autoridades aduanales en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas; Bomberos de San Pedro Pochutla lograron pasar dos unidades de motor que les fueron donadas por el Departamento de Bomberos de Canadá y por cuestiones burocráticas se encontraban varadas en la frontera con Estados Unidos.

Hace unos días, la ciudadanía comenzó a reunirse en la base de los bomberos para recibir las dos unidades que el Departamento de Bomberos de Castlegar (CFD) donó a los voluntarios pochutlecos.

MÁS 56 HORAS; MIL 800 KILÓMETROS RECORRIDOS

Desde la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, después de completar los trámites, cuatro bomberos viajaron en las dos unidades durante 56 horas de camino para transitar un poco más de mil 800 kilómetros y llegar con las unidades donadas.

“Hemos culminado sin percance en el camino, las autoridades, la Policía Federal de Caminos, el Ejército, las instituciones nos dieron las facilidades para llegar a nuestra base”, expresó a su llegada Roque Pineda, comandante de Bomberos El pochutleco, a pesar de algunas dificultadas que pasaron por cuestiones del tiempo climático.

Hace unos días, con el apoyo de la gente de las poblaciones de la región, quienes se organizaron para aportar cooperaciones o realizar actividades para obtener fondos para hacer llegar las unidades; cuatro elementos de Bomberos se trasladaron a la ciudad de Reynosa, Tamaulipas y regresar con dichas unidades que servirán para mejorar el desempeño de los voluntarios en las poblaciones en las que realizan sus servicios desinteresadamente.

El comandante de bomberos agradeció a la ciudadanía que cooperó, entre ellos al Club Rotario de esta ciudad y al presidente municipal de Santa María Tonameca, quien dio la anuencia para que las unidades llegaran a la región.

“Valió la pena la espera, tuvimos que cumplir normas del SAT (Servicio de Administración Tributaria) y fuimos inspeccionados, ya que todo lo que pasa en la frontera tiene que ser inspeccionado y ahora el trabajo que se ha realizado está reflejado”, explicó Roque Pineda.

BOMBEROS PROTEGIDOS, CIUDAD PROTEGIDA

Entre los voluntarios que trasladaron las unidades de motor está Emmanuel Cuiniche, un bombero experimentado del estado de Michoacán, quien tiene la experiencia en el traslado de unidades donadas a corporaciones de emergencias y que provienen del extranjero; fue quien los asesoró y acompañó durante los últimos trámites para que se lograra el paso de los carros.

El experimentado bombero michoacano explicó que “es importante que el hecho de traer un vehículo de emergencia no es solamente eso, ahora como población tiene que doblar esfuerzo con el cuerpo de bomberos; las herramientas y el equipo con los que cuentan requieren el compromiso de todos, si se unieron económicamente para que estos vehículos llegaran, ahora hay que apoyar para que los bomberos tengan los suficientes recursos para no dejar caer estas maquinarias, que requieren mantenimiento y combustible, entre otras cosas que con el tiempo van a seguir necesitando”, expresó.

Pidió que la población debe sentirse dentro del cuerpo de bomberos para que nada les falte, “un cuerpo de bomberos protegido, es una ciudad protegida”, comentó.

Cuiniche comentó que lo que sigue para los bomberos es la capacitación para utilizar el equipo que acaban de adquirir y es necesario la participación de la población, “la capacitación no está aquí, la capacitación está afuera; lo importante es tener un cuerpo de bomberos totalmente satisfecho y llene todas esas expectativas que el pueblo necesita para cubrir las emergencias”, culminó.

Las unidades recientemente obtenidas son un camión tipo bomba, marca Ford Anderson modelo 1987, que sirvió al departamento de Bomberos de Canadá por 30 años y que aún está en buenas condiciones y una camioneta Ford para reacción inmediata; además de equipo de rescate y salvamento, con un valor aproximado de más de un millón de pesos.

OCHO MESES DE ESPERA

Las dos unidades salieron de la ciudad de Castlegar, Canadá desde el pasado 30 de octubre y tenían que hacer un recorrido de aproximadamente 5 mil kilómetros para llegar el pasado 5 de noviembre a San Pedro Pochutla; sin embargo, por algunos trámites aduanales, quedaron varadas las unidades en la frontera con los Estados Unidos.

Los voluntarios canadienses de Firefighters Without Borders Canada (FWBC) que traían las unidades se regresaron a su país de origen, ya no pudieron llegar con las unidades a San Pedro Pochutla, tenían que regresar a su país la fecha 7 de noviembre.

CIUDADANÍA SE SUMA

Para que las unidades de motor pasaran a territorio mexicano, la ciudadanía pochutleca y de la región, en coordinación con bomberos tuvieron que reunir dinero para la adquisición de seguros para las unidades de motor que circularan en las carreteras del país.

Después de tener todo en regla y que las unidades ya podían pasar al territorio mexicano, la población se volvió a organizar para realizar actividades y obtener fondos para pasajes, alimentación, hospedaje y gasolina de los voluntarios que se trasladarían a la ciudad de Reynosa, Tamaulipas y transportar los vehículos donados por los canadienses.

Bomberos y ciudadanía, sin el apoyo de gobiernos, recaudaron 77 mil 279 pesos mediante cooperaciones, rifas, venta de antojitos donados entre otras, para que las unidades pudieran llegar a San Pedro Pochutla y sean de utilidad para las poblaciones.

Sin embargo, los gastos hasta el momento rebasaron lo que habían colectado; los gastos hacienden a más de 108 mil pesos; además la compra de 10 llantas con un valor de 7 mil 500 pesos cada una y el servicio a las unidades de motor que para llegar a San Pedro Pochutla recorrieron más de mil 800 kilómetros desde Reynosa, Tamaulipas; además del recorrido que traían desde Castlegar, Canadá.

Los voluntarios piden la intervención de las autoridades y la cooperación de la ciudadanía para que dichas unidades; además de las dos ambulancias y un camión pipa con las que cuentan.

LAS CARENCIAS DE BOMBEROS

Actualmente, los bomberos de Pochutla se encuentran en situación precaria, la base desde donde operan es una galera de láminas, cuentan con trajes usados y en mal estado.

Carecen de equipos y materiales, viven al día para adquirir el combustible que les permita moverse ante cada emergencia, no cuentan con sueldos ni un espacio digno para establecer su base; se han ganado a pulso, el respeto y la confianza de los habitantes de este lugar.

Sus actividades son alimentadas por la pasión de servicio al prójimo, respaldados por la ciudadanía que les ha permitido seguir adelante con su impulso moral y en muchas ocasiones económico, dada la falta de apoyos suficientes por parte de los gobiernos local y estatal.

Sin equipo, sin sueldos y con un espacio modesto, son apoyados por los ciudadanos, comerciantes y empresarios, quienes los apoyan con gasolina, algunos instrumentos de rescate, equipo.