“¡Ahí mero tá mi ombligo!” Esta frase se escuchó por primera vez en el año 2018, cuando la compañía Pelo de Gato, un ojo al teatro y otro al garabato, estrenó “El Coyul”. Fue bajo la sombra de un cacahuananche, en la comunidad del mismo nombre, donde Esmeralda Aragón habló ante unos 800 paisanos.
Con una puesta en escena que ha evolucionado en 57 funciones acumuladas, la compañía participará en la edición 17 del Festival de Monólogos Teatro a una sola Voz. En este programa que organiza el Instituto Nacional de Bellas Artes y Litertura (INBAL), Pelo de Gato recorrerá ocho estados del norte y uno del centro, del 20 de julio al 5 de agosto.
Con Tavo Lastra en la codirección y Marina Santiago como asistente, la guionista, directora y actriz de la obra volverá a dar vida a una obra de teatro comunitario. En ella, a manera de semana, se adentra en la vida de su natal Coyul.
Pelo de Gato es la única compañía oaxaqueña, entre las 14 que se presentarán en este programa. Para sus integrantes, ser parte del festival implica representar al estado, al “sur” en el norte del país. Pero también un logro tras dos más de dos años de pandemia que afectaron severamente a compañías independientes como esta.
Chihuahua, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Coahuila, Nuevo León, Baja California, Sonora y Ciudad de México son las entidades que recorrerán.
La identidad es el eje de “El Coyul”, que se mira y cuestiona con siete historias: desde aquella que narra un miércoles de plaza, un domingo de beisbol o un día de fiesta. Pero en donde los feminicidios también han venido a trastocar la vida de las mujeres.
En 2021, la compañía y esta obra fueron parte del Circuito Nacional de Artes Escénicas en Espacios Independientes. Ahora, y luego de pasar por varios cambios, algunos obligados por la pandemia de Covid-19, “El Coyul” mostrará su esencia.
La obra “ha agarrado su propio camino”, cuenta Esmeralda Aragón, quien considera necesario tener la sensibilidad de escuchar a los proyectos para saber “a dónde quieren irse”.
Si hubiéramos esperado a que todo el equipo funcionara, quizá nos hubiéramos quedado en 10 funciones. Pero como en realidad queríamos mantener vivo el proyecto, se ha modificado”, explica Aragón.
A decir de Tavo Lastra, “la obra ha evolucionado de tal manera que antes éramos muchas personas participando y ahora, poco a poco, se ha reducido a la esencia del teatro”: un monólogo en el que “solamente vemos a una hamaca blanca, una silla y a Esmeralda Aragón representando a toda la comunidad de El Coyul”.
