Parte II
Lee la Parte 1 aquí.
En México tenemos el Panteón de San Fernando, fundado en el siglo XVIII, declarado monumento histórico en 1935 y considerado museo de sitio en mayo de 2006, en sus instalaciones se encuentran varios de los héroes de la patria, entre los personajes ilustres se encuentra el hombre que le da forma al México de hoy, Benito Juárez junto a su esposa Margarita Maza, quien murió solamente un año antes que él, acompañados por nombrar algunos de: Ignacio Zaragoza, Melchor Ocampo y Vicente Guerrero, cabe resaltar que Juárez fue “el último personaje enterrado allí, en Julio de 1972” (Herrera, 2003, p. 16).
Actualmente se dan visitas guiadas a los visitantes, cuenta con una pequeña sala de exposiciones temporales y cada año se realiza un festival de cine de terror.

Nuestros cementerios cuando son pequeños a diferencia de los fastuosos y gigantescos de Europa, nos pueden dar paz, apaciguar nuestro pensamiento y ofrecer reposo a nuestra mente vagabunda, por lo general son lugares muy tranquilos y poco visitados, unos cuantos días al año habrá aglomeraciones, por lo demás siempre habrá calma y un ambiente muy propicio para hablar con uno mismo. En algunas visitas que he realizado últimamente, puedo compartirles que dejando a la mente fluir, los temas que han llegado a mí son muy diversos…por ejemplo: la belleza de la ruina, de la que tanto hablaba John Ruskin, lo efímero de la vida, el descanso eterno, las naturalezas muertas, la inmortalidad del alma, la existencia o no de los ángeles, cien años de soledad, en fin, les exhorto a reflexionar en ello y apreciar lo que estos sitios pueden ofrecernos. Lo que significaría perderlos, y lo que se podría hacer para mejorarlos, darles vigencia, los espacios públicos que podemos disfrutar son muy pocos, cultivemos los que tenemos a la mano, creo francamente que los cementerios son lugares fantásticos que nos conectan con nuestro pasado primitivo y a la vez mágico y ritual. Los invito a visitar el que tengan más cerca, abrir la mente y permitir que vague libre, sin restricciones hacia temas sorprendentes.