El Sábado de Gloria es una fecha peculiar dentro de la Semana Santa. A medio camino entre el luto del Viernes Santo y la alegría del Domingo de Resurrección, esta jornada está llena de simbolismo, tradiciones religiosas y costumbres populares que han evolucionado con el paso del tiempo. Aquí te compartimos algunos datos curiosos que quizás no conocías:
Un día de silencio y espera
Originalmente, el Sábado de Gloria no era un día de celebración. Al contrario, estaba marcado por el silencio, el duelo y la meditación, pues simboliza el tiempo que Jesús permaneció en el sepulcro. Las iglesias se mantenían sin misas durante el día, y los altares permanecían sin ornamentos.
La Vigilia Pascual: el corazón de la celebración
Con la caída del sol, llega la Vigilia Pascual, considerada la ceremonia más importante del calendario litúrgico católico. Durante esta celebración se enciende el “fuego nuevo” y el Cirio Pascual, símbolo de la luz de Cristo resucitado. También es tradicional realizar bautismos y renovar promesas del bautismo.
Mojar a las personas: entre el símbolo y la diversión
Una de las costumbres más populares en países como México, Guatemala o El Salvador es mojar a la gente en el Sábado de Gloria. Aunque su origen se relaciona con el bautismo y la purificación, con el tiempo se convirtió en un juego entre niños y jóvenes. Sin embargo, el desperdicio de agua ha llevado a muchas ciudades a prohibir esta práctica, imponiendo incluso multas.
Judas en llamas
Otra tradición llamativa es la quema de Judas: figuras de cartón o papel maché que representan al apóstol que traicionó a Jesús, aunque en muchos casos también se les da forma de personajes políticos, artistas o figuras públicas en una especie de catarsis social. Estas figuras se cuelgan y se prenden con pirotecnia, generando un espectáculo que mezcla fe y sátira.
Una fiesta para el paladar
Después de los días de ayuno y abstinencia, muchas familias preparan comidas especiales para este día. El pescado, los mariscos, los tamales y platillos regionales se convierten en protagonistas de una mesa que celebra el fin de la Cuaresma.
El Sábado de Gloria es, en resumen, una jornada llena de contrastes: recogimiento espiritual, rituales solemnes, juegos populares y críticas sociales. Un día que nos recuerda que la tradición no es estática, sino una mezcla viva de historia, religión y cultura popular.