Itzel Cruz y Rodrigo Islas Brito, organizadores del primer Tianguis Literario, Autónomo y Popular, consideran que la pandemia fue un “resorte” o impulso para la creación y publicación literaria en la entidad, pero desde esfuerzos independientes y al margen de lo que llaman un cacicazgo cultural y la “indiferencia” gubernamental.
El autor de tres libros gestados durante la pandemia, bajo el sello Pandemia Ediciones, y la integrante de la Asamblea 8 Trueno, ahondan en que la literatura se ha privatizado. Pero que en medio de este contexto predominante de varios años han surgido iniciativas y propuestas individuales y colectivas.
Bajo esa premisa, Cruz e Islas se proponen generar una red o encuentro de autoras y autores, de editoriales y de iniciativas que buscan acercar los libros a más públicos. El próximo 19 de noviembre, esta idea se concretará en el primer Tianguis Literario, Autónomo y Popular, a realizarse en la ciudad de Oaxaca.
Será en la plazuela del templo del Carmen Alto donde reunirán a escritoras y escritores, a editoriales, a artistas de la gráfica y a especialistas en temas varios.
Itzel Cruz, parte de la Asamblea 8 Trueno (que a su vez cuenta con editorial) explica que este tianguis surge en un contexto donde la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, que “comenzó con el propósito de acercar a los escritores oaxaqueños, a las editoriales con la sociedad”, se ha visto privatizada y más limitada.
Por eso el tianguis pretende “generar una red que se pueda ampliar y ampliar para ofrecer una alternativa a este espacio, donde no nos es tan fácil acceder desde nuestro frente”. Pero también para ocupar el espacio público y ejercer el derecho al arte y la cultura libremente, especialmente cuando el arte y la cultura se han visto como “meras mercancías” o “para el turismo”.
El encuentro con los públicos y el propiciar un lugar “donde nuestras plumas o voces no queden calladas por las lógicas del capital y el estado” es otro de los objetivos.
Rodrigo Islas Brito es autor de los libros “Días de lucha en ciudad dorada”, Los “Gánsters del futuro” y “El Tren de los días”. Con una escritura que tuvo la pandemia como su contexto e impulso, el escritor considera que en estos más de dos años de pandemia “ha habido más publicaciones” que “en toda la historia de lo que puede ser la literatura oaxaqueña”.
La pandemia fue un resorte para que la banda dijera que en cualquier momento nos iba a ‘llevar la tostada’ y en ese sentido tenemos que actuar. Es la urgencia de decir las cosas, de expresarlas, de escribirlas, de hacer ese libro que has pospuesto siempre”.
Para Islas, en el estado de Oaxaca sus autores y autoras enfrentan un poder empresarial y cacicazgo cultural. Este poder, refiere, está en manos del empresario Guillermo Quijas-Corzo, director de Almadía y quien por varios años estuvo al frente de la FILO.
Brito señala que bajo este poder se ha tenido la idea de que las y los escritores oaxaqueños son los de la editorial Almadía o los que participan en la feria. “Y quienes no, no pertenecen a él, no existen; se les hace sentir incluso que no son nada, que se les hace el favor de invitarlos e incluirlos”.
Por ello el hacer el tianguis literario es una manera de ir contra “la industria y del cacicazgo cultural que hay en las letras en Oaxaca”. Pero también ante “un gobierno indiferente, en donde un presupuesto de una Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca se va en sueldos”.
Los modelos económicos culturales, ya sea la FILO o la Seculta son modelos agotados, apunta.
