A sus 38 años de edad, José de Mendoza López ha cosechado una trayectoria a base de persistencia, de tenacidad y de empeño. De sueños e imaginarios como los que plasma en sus cuadros. Contrario a lo dicho de su padre, de que de pintar no sería redituable ni una carrera, se aventuró a hacer de las artes plásticas su sostén, aquello desde lo cual ha plasmado las tradiciones de Oaxaca y escenas surrealistas.
La pintura es algo mágico, puedes pintar tus propios sueños y convertirlos en realidad”, apunta.
Originario de San Juan Bautista Tuxtepec, José de Mendoza empezó a pintar a los 15 años y a los 16 tuvo sus primeras exposiciones en Ixhuatán, Oaxaca, y en Reforma, Chiapas. Esto con el grupo de pintores llamados “Los Alfredos”. Sin embargo, su trabajo también ha llegado a galerías de Estados Unidos, a sus 23 años, y a diversas partes del país (Puebla, Chiapas, Tabasco, entre otros).
Formado como docente de educación secundaria, fue a los 26 años cuando dejó esta profesión para dedicarse de lleno a las artes plásticas. Un camino que ha estado lleno de retos, pero también de satisfacciones y reconocimientos.
Para él, las artes han sido el recurso para mostrar “el universo, el misticismo, el realismo mágico” de las culturas del estado.
Me voy más con el surrealismo, los colores, la combinación, el misticismo, la energía del ser humano, cómo fluye la energía en el universo”, cuenta el autor desde su estudio en San Isidro Monjas, en Santa Cruz Xoxocotlán.
De las culturas de Oaxaca, un estado que define como el de más tradiciones, culturas y lenguas indígenas, se dice fascinado por sus colores, sus bailes y danzas. “Me fascina mucho la cultura istmeña, sus coloridos y velas. También las chinas oaxaqueñas”, dice quien ha recreado en sus pinturas a las mujeres que portan la indumentaria tradicional.
Todo el colorido y folclor son la pasión y emoción cuando vivimos la parte de la Guelaguetza, la fiesta más grande de Oaxaca”, añade respecto al espectáculo organizado por los gobiernos.
Sobre su trabajo, De Mendoza refiere que ha buscado perfeccionarse en técnicas como el óleo, el acrílico, el uso del gis pastel, el fumage, empastados, relieves, lápiz de grafito, tinta china y carboncillo.
En su trabajo, los estilos que figuran son “el cubismo, lo abstracto, la fantasía”, ya sea en retratos, representaciones de animales, bodegones y paisajes.
Asimismo, trata de que su obra sea amigable con el ambiente, por lo que recurre al reciclaje.
La mexicana Frida Kahlo, el español Pablo Picasso y el oaxaqueño Francisco Monterrosa son algunas de las figuras del arte en quienes se ha inspirado, y de quienes retomó parte de los ejes de su obra, tanto en murales como en pinturas, donde se observan el colorido y las tradiciones de Oaxaca.
Ahora se enfoca en sus próximas exposiciones, que serán en la Ciudad de México y en la sede del Congreso local de Oaxaca.
