En mayo de 1994, Susana Wald (Hungría, 1937) decidió hacer de Oaxaca su hogar. Antes, cuando radicaba en Canadá, había viajado siete veces a este estado; en la octava, se quedó. Pronto cumplirá 30 años en un lugar donde también se ha abierto camino en las artes, así como lo hizo en Chile y en Argentina o en Canadá.
En esa espera, una exposición colectiva le rendirá homenaje en la ciudad de Oaxaca, en el Centro Cultural Reforma, a un costado del mercado Hidalgo.
La “Exposición Homenaje a Susana Wald, 100 años del Surrealismo” reunirá parte de la obra de la artista y de colegas oaxaqueñas o que como ella se han afincado en la entidad.
Ellas son: Abigail Maritxu Aranda, Alma Patiño, Ángeles Clemente, Edith Maricela Figueroa, Flor Pastorella, Karla Wong, Lucero González, Marcela Taboada, Ruth Ramos, Miriam Ladrón de Guevara, Paola Capon, Peace Kat, Pita Wild C., Rosalba Bustamante, Sandra Martí, Siegrid Wiese, Soledad Velasco, Solei Marisol Rangel, Yamilet Asilem, Tamara León, Paula Mar, Edith Morales, Selene Márquez, Rosario y LaPiztola Stencil.
Esta exposición es también una “celebración de los 100 años de la publicación del Primer Manifiesto Surrealista, movimiento artístico mundial que cambió para siempre los métodos de creación en todas las artes”, explica la Secretaría de Arte y Cultura municipal, organizadora de la misma.
Wald ha sido una de las exponentes de este movimiento artístico, pero además de conmemorar su vida y obra, la exposición busca ser un espacio para la reflexión sobre el surrealismo, el feminismo y la vanguardia.
Además de la pintura, Susana Wald se ha desarrollado como escultora, escritora, traductora, editora y gestora cultural. En su obra, la también artista de nacionalidad chilena y canadiense, se ha enfocado la figura de lo femenino, en el ser mujer.
La autora nació en Budapest, Hungría. Sin embargo, junto con sus padres tuvo que salir de aquel país debido a la guerra. La familia llegó al continente Americano y se afincó en los países de Chile y Argentina. Después, Susana emigró a Canadá junto con Ludwig Zeller, con quien compartió más de 50 años de matrimonio hasta la muerte de este en Oaxaca.
En la entidad ha presentado su obra en varios espacios como el Centro Cultural Santo Domingo, aunque ha reconocido que abrirse camino aquí fue complicado.
En entrevistas con EL IMPARCIAL, Zsuzsa (su nombre en Hungría) ha contado que echar raíces en Oaxaca fue por amor a Ludwig Zeller, aunque también la motivó su hija Beatriz y el poeta Álvaro Mutis.
