Juguete tradicional convertido en objeto de colección
Los trompos, los yoyos, los baleros o carros de madera añorados por el Día de Reyes
Lanzar el trompo para admirar las vueltas que da en el piso o en el suelo, jugar con el balero e intentar atinar en él o hacer que el yoyo se aleje y regrese a las manos son juegos que han quedado en la memoria de muchas generaciones que ahora son abuelos o padres, y que difícilmente convencerán a las nuevas generaciones de entretenerse con lo mismo que la niñez de antaño, aquella que no siempre tenía acceso a la televisión y menos a los teléfonos celulares o videojuegos.
Aunque los tiempos han cambiado, los juguetes tradicionales todavía se pueden encontrar en los mercados y calles de la ciudad de Oaxaca. Sobre la calle de Aldama, en el centro histórico, Pedro Vásquez Nolasco es uno de los vendedores de estos juegos. Algunos elaborados por él y sus hijos, como alguna figura de madera, los yoyos o los trompos. Otros más adquiridos a compañeros artesanos del estado o del país.
Se acerca el Día de Reyes, fecha en que las y los infantes esperan recibir un regalo, principalmente un juguete. Sin embargo, Pedro sabe que tiene pocas probabilidades de que las nuevas generaciones hayan pedido uno de estos juguetes tradicionales, pues los tiempos han cambiado lo mismo que los intereses.
Mientras comenta cómo su familia elabora las flautas de madera, los trompos o los carritos, un abuelo y su nieto pasan por el puesto. El adulto le muestra al pequeño cómo el trompo que Pedro acaba de lanzar puede ser muy divertido, sin embargo, parece no conseguirlo.
Algunos (menores) se emocionan y hay otros que por más que sus papás los motivan, como que no”.
Como este juguete, otros considerados tradicionales son los tambores, las tablitas mágicas y flautas. “Antes no había otra cosa más que buscar formas para que los niños se entretengan o lo hacía uno mismo, como los trompos”, cuenta Pedro, quien reconoce que aunque todavía logra vender algunos juguetes, generalmente son para quienes los buscan como un regalo o coleccionarlos.
Lograr que los juguetes tradicionales sigan en el interés de la población ha hecho que artesanos y comerciantes como Pedro busquen otros más “modernos”, como un trompo con un mecanismo que lo hace más fácil de usar. Además de algunos camiones de madera para que las y los infantes los pinten a su gusto en las escuelas o en casa.
Aun así, reconoce que serán pocas las personas interesadas en estos juguetes que él ofrece desde 50 pesos o menos, pues son más para el “recuerdo”.