Jocelyn, investigadora de Tuxtepec por la recuperación de la vainilla
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Jocelyn, investigadora de Tuxtepec por la recuperación de la vainilla

Es una planta delicada y su manejo es complejo, por tanto, se requieren estudios para su conservación


La joven Jocelyn Itzel López Cruz ha hecho de la recuperación de la vainilla su objeto de estudio.
La joven Jocelyn Itzel López Cruz ha hecho de la recuperación de la vainilla su objeto de estudio.
  • Néstor Yuri / Javier Toledo Flores

Una de las muchas aportaciones de México al mundo es la planta de la vainilla, esa aromática vaina que usamos en la gastronomía, la cosmética y la medicina. Los europeos la extrajeron de nuestro país y ahora Indonesia y Madagascar son los principales productores mundiales. Y no solo eso, de acuerdo con los gustos europeos, también es mejor que la mexicana. Caso similar es el chocolate, que también es originario de América, pero para los gustos refinados es mucho mejor el chocolate suizo.

La joven Jocelyn Itzel López Cruz, estudiante de la Maestría en Ciencia de los Alimentos del Instituto Tecnológico de Tuxtepec ha hecho de la recuperación de la vainilla su objeto de estudio. Bajo la dirección de su profesora, la doctora Aracely Pérez Silva y en colaboración con un grupo de estudiantes de este, trabajan por la vainilla que, la mayoría no lo sabemos, pero también crece en la chinantla oaxaqueña y no solo en Papantla, Veracruz. En Oaxaca tenemos variedades locales de tan generosa planta.

Jocelyn ha realizado todos sus estudios en Tuxtepec, desde la educación básica hasta el posgrado. Para ella, al igual que para la mayoría de los estudiantes, no ha sido fácil y, antes de optar por ser profesional química en alimentos quiso ser médico. Sin embargo, la carrera de medicina estaba fuera de su alcance no por falta de aptitudes y vocación, sino por falta de medios debido al costo de la carrera, aun tratándose de una escuela pública.

No solo creció abrazada por el río Papaloapan, su infancia estuvo rodeada del amor de su abuelita y sus primos con quienes creció, lo que inculcó en ella valores que le fueron muy útiles para sobrepasar la tragedia. Su único hermano falleció y la tragedia familiar estuvo a punto de truncar sus estudios a causa del dolor.

 

En Oaxaca tenemos variedades locales de tan generosa planta.

 

En medio de la pena tuvo su primer encuentro con la vainilla. Su profesora la invitó a sumarse al equipo de trabajo que formó para investigar sobre tan valiosa orquídea, que, además, después del azafrán, es una de las plantas más caras del mundo y se usa ampliamente en la industria del chocolate, los refrescos y los perfumes. Es tan cara, que las grandes industrias extranjeras invirtieron en investigación y pudieron crear una vainilla artificial, un compuesto de producción masiva y de un costo mucho menor que debido a ello inunda los pasillos de los supermercados, pero al final es un producto alimenticio ultra procesado no natural que provoca afectaciones a la salud en el largo plazo.

En su investigación trabaja colectando muestras, tanto de especies comerciales como de aquellas variedades que son menos conocidas. Analiza el aroma de las muestras para estudiar su calidad, los diferentes tipos que existen y las valora no solo por su conocido aroma, sino porque son importante fuente de antioxidantes benéficos para la salud.

Es una planta delicada y su manejo es complejo, por tanto, se requieren estudios para su conservación y, en su caso, capacitación a los campesinos porque podría ser una importante fuente de ingresos si deciden cultivarla.

Tuvo Jocelyn la oportunidad de hacer una residencia en Buenos Aires, Argentina, en el Instituto Gubernamental de Tecnología Agropecuaria, que le permitió profundizar sus estudios sobre los antioxidantes propios de la planta. Este instituto es único en América Latina y, entre otras funciones, es el encargado de apoyar a los productores argentinos en el mejoramiento de sus famosas carnes.

 

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México tiene excelente personal, pero faltan apoyos para laboratorios e investigación porque, en palabras de ella y reflejando una madurez más allá de su edad, está segura de que nuestro país está lleno de jóvenes con ánimo de aportar a sus comunidades en materia de ciencias aplicadas.

El Instituto Tecnológico de Tuxtepec tiene su propio banco de plantas, dato desconocido y que deberíamos valorar porque en esas cálidas tierras hay mucho más que el baile de la Flor de Piña. Con este banco de plantas se desarrollan trabajos que resultan desconocidos pero que tienen enorme trascendencia.

Dado el menor precio que ofrecen por la vainilla de Madagascar e Indonesia en México se ha abandonado su cultivo. Las grandes corporaciones mundiales de los alimentos manipulan el mercado para obtener enormes beneficios de una planta cuyo origen es nuestro país.

El 80 por ciento de la vainilla en México se produce en Puebla y Veracruz. Se extienden algunos cultivos hacia la península de Yucatán, pero no nos hemos dado cuenta de que algunas zonas de Oaxaca se prestan para el cultivo de este valioso vegetal que ayudaría también a la conservación de los bosques húmedos, además de ser una fuente de ingresos también ayuda a la conservación de la naturaleza.

Jocelyn está consciente de la importancia de la conservación de la vainilla, un patrimonio que nuestro país obsequió al mundo y que está en riesgo de desaparecer ante el desastre ambiental en que tenemos al planeta. Pocos lo saben, pero desde Tuxtepec, Jocelyn López Cruz, está aportando ciencia aplicada para el desarrollo de México.

Contacto: [email protected]


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