Científica busca prevenir muertes por dengue

• Néstor Yuri / Javier Toledo Flores

 

Elizabeth es una mujer joven que proyecta mucha seguridad sobre sí misma. Originaria de la Costa oaxaqueña, de Puerto Escondido, un lugar que de inmediato nos trae a la mente su belleza natural y la alegría de su gente, pero que no pensamos que también puede ser tierra de jóvenes con talento para las Ciencias, pero que carecen del apoyo oficial suficiente.

Desde niña tuvo curiosidad por las Ciencias, le atraía el mundo invisible de lo microscópico y desarrolló la paciencia de quienes aprenden a observar la naturaleza, por lo menos esta actividad no necesitaba de equipos especiales y costosos.

En su tierra realizó todos los estudios que ella le permitió: primaria, secundaria y preparatoria. Si quería hacer una carrera profesional debería irse a una universidad. Buscó un lugar en Ciencias Químicas de la UABJO.

Probablemente, no era esa su opción preferencial, pero hacer una carrera como químico-biólogo se acercaba a sus anhelos. En ese momento ella sabía que quería hacer algo más que estudiar sus materias, pues deseaba aportar a mejorar las condiciones de vida de su comunidad.

Para titularse como químico bióloga realizó una investigación de campo sobre la incidencia de un hongo potencialmente peligroso para los humanos. Para ello contó con el apoyo de trabajadores del bosque de El Tequio y de personas que laboran en la zona de venta de madera de la Central de Abasto. La madera es el hábitat natural de esta seta, que podría producir una erupción cutánea en su forma leve, pero también enfermedades respiratorias graves entre los trabajadores de la madera.

 

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Concluir su licenciatura no fue suficiente. Sus sueños de infancia seguían en su cabeza y deseaba poder seguir adelante. Contaba con el apoyo y reconocimiento familiar, lo más importante para ella y, también, no olvidaba que quería aportar algo que mejorara las condiciones de vida de su entorno. Regresó a su tierra natal, Puerto Escondido, trabajó para juntar algo de dinero, y volvió a la ciudad de Oaxaca para inscribirse nuevamente en la Facultad de Ciencias Químicas de la UABJO, pero en esta ocasión, ya con un tema muy definido en su cabeza: prevenir muertes a causa del dengue.

El dengue es una enfermedad tropical que, debido al calentamiento global ha ido acercándose cada vez más hacia el norte del planeta. En zonas endémicas, la similitud de síntomas que tiene con otras infecciones virales en etapas tempranas de la infección como Chikungunya, Zika y recientemente con Sars-CoV-2, complica y retrasa el diagnóstico.

El objetivo de nuestro proyecto es identificar proteínas de plaquetas”, nos platica, que son las principales células involucradas en la gravedad del paciente, que ayuden a predecir desde etapas tempranas complicaciones en las pacientes asociadas a hemorragias severas y que ayuden a distinguir la infección por dengue de otras infecciones virales previamente mencionadas. Esto permitirá un mejor cuidado y atención a pacientes en riesgo, disminuirá la toma de muestras innecesarias a pacientes vulnerables como niños y ancianos además de disminuir los gastos generados por esta infección.

El peligro del dengue está cuando pasa de la fase de fiebre a la fase de shock hemorrágico y es en dónde ella está poniendo todo su esfuerzo para aportar su tiempo y conocimientos puesto que su doctorado está enfocado en la forma de hallar la manera de hacer un diagnóstico preventivo a través de una proteína en la sangre que ayude a predecir con fuerte grado de asertividad, quién está más predispuesto a enfermar de forma grave y tomar las precauciones desde antes para tratar de evitar la muerte del paciente.

 

 

Su trabajo está muy avanzado y desea encontrar en la sangre el marcador que salvará vidas. Hay mucho por hacer y tiene el tiempo encima porque, en caso de hallarlo, todavía deberán aplicarse más pruebas experimentales para poder ser aplicado a los seres humanos.

Actualmente, no existe tratamiento ni vacuna específica para tratar la infección, por lo que el diagnóstico temprano de la infección es importante para el manejo y recuperación satisfactoria de los pacientes.

Su proyecto está en fase de recolección de datos, reclutando pacientes con infección activa por dengue para toma de muestras. Al finalizar esta etapa se procederá a evaluar las proteínas de plaquetas mediante una técnica llamada proteómica de shotgun y, posteriormente, se buscarán las proteínas de interés en una mayor población para evaluar su eficacia como biomarcadores de predicción y distinción de la infección viral por dengue.

En el laboratorio en la Facultad de Medicina desarrolla su investigación, un trabajo que aportará ciencia aplicada en beneficio de todos nosotros y que en Oaxaca pocos saben que se realiza. Jóvenes como ella trabajan en el desarrollo de tecnologías propias. Elizabeth Cruz Altamirano está por doctorarse en Biomedicina Experimental, en la Facultad de Medicina y Cirugía, UABJO.

Contacto: [email protected]