La Bocana de Coplita, un  encuentro entre el río y el mar
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Arte y Cultura

La Bocana de Coplita, un  encuentro entre el río y el mar

Este es un sitio privilegiado para observar la unión de las corrientes que encantan a los profesionales del surf


La Bocana de Coplita, un   encuentro entre el río y el mar | El Imparcial de Oaxaca
La playa La Bocana es en donde termina el paseo de los rápidos del Río Copalita. / Fotos: Omar Maya /Max Scherenberg

Después de la zona hotelera de Huatulco, dirigiéndose hacia el este, pasando la Bahía de Conejos con rumbo al entronque de la Carretera Federal 200 y Copalita, se encuentra la entrada a la playa de La Bocana, en donde hay algunas casas habitadas por familias de diferentes lugares que han llegado a radicar a esta área que cuenta con servicios turísticos, hoteles y restaurantes. 

Para los turistas que desean saber qué pueden hacer en la playa de La Bocana, queremos comentarles que aquí hay dos restaurantes, uno del lado derecho y otro del lado izquierdo, en donde ofrecen platillos, principalmente a base de mariscos, hechos a la usanza huatulqueña, por lo que los comensales mientras almuerzan o comen tienen una vista panorámica del océano pacífico. 

Gente Local y visitantes disfrutan muy a gusto de esta playa muy poco concurrida. / Fotos: Omar Maya /Max Scherenberg

En este lugar es donde se une el Río Copalita con el mar y es una playa que generalmente tiene un oleaje fuerte, por lo que se recomienda que solo personas que nadan muy bien se metan al mar. Para surfistas que no vienen preparados con equipo, no se preocupen, pues en ambos restaurantes rentan las tablas para que practiquen este deporte extremo pagando una tarifa por hora. 

Se cree que la arcilla que se encuentra a la orilla del río mezclada con algunas hierbas sirve para curar algunos problemas de la piel. Es por ello que por algunos períodos las señoras originarias de este lugar se organizan para brindar el servicio de aplicación de este lodo a los turistas, el cual después de unos minutos les es retirado con el agua especial que es una mezcla del río con el mar. Para hacer más llamativa esta esta práctica algunas cooperativas le han llamado “baño zapoteco”. 

Cuando se inició el proyecto de Bahías de Huatulco se encontraron vestigios arqueológicos en esta zona, es por ello que después de muchas gestiones se logró la construcción y operación, con acceso a todo el público, del hoy llamado: Parque Eco-Arqueológico de la Bocana del Río Copalita, el cual está administrado por el INAH, ahí hay un museo y se realiza un recorrido para visitar un centro ceremonial que contiene un juego de pelota y un edificio principal de más de 20 metros de altura, a su vez se encuentran aquí dos tumbas asociadas a la élite gobernante. 

La Bocana del Río Copalita puede observarse desde la carretera Huatulco-Salina Cruz. / Fotos: Omar Maya /Max Scherenberg

Para quienes deseen venir a esta zona arqueológica les comentamos que está totalmente equipada con un módulo de información, estacionamiento, guardarropa, museo de sitio, áreas de descanso y guías certificados que los acompañan en el recorrido.

Un campamento tortuguero también se encuentra en este lugar bajo el Programa Integral de Manejo y Conservación de Tortugas Marinas, coordinado por diversas instituciones que cuidan celosamente y bajo estrictas normas el funcionamiento del mismo. 

Es muy interesante el sincretismo cultural de este hermoso lugar, ya que hay actualmente la parte de los pobladores nativos, así como quienes han llegado a vivir en hermosas construcciones modernas, conviviendo de un forma agradable y muy armoniosa. 

Andrew Scot Glassman, fundador del Proyecto Lupita, A .C. 

Con humildad y su voluntad de filantropía, el Dr. Andrew Glassman creó la asociación civil Proyecto Lupita, la cual está legalmente constituida desde hace cinco años, pero está funcionando desde hace más de dos décadas y brinda asistencia social a niños y adultos de los sectores vulnerables, específicamente a personas con discapacidad física, a través de servicios de atención médica especializada en traumatología, ortopedia pediátrica y rehabilitación física, no solo brinda sus servicios en Huatulco, sino de diferentes partes de la costa sin fines de lucro.

El Proyecto Lupita comenzó hace más de 20 años con donaciones de equipos médicos (sillas de ruedas, bastones, baterías, etc.) recolectados en Estados Unidos, por el Dr. Andrew Glassman, fundador de esta noble institución y fueron transferidos estos equipos al DIF Huatulco, Oaxaca, para que ellos hicieran la distribución de acuerdo a sus censos de necesidades y atendiendo las solicitudes. 

Hace más de seis años, el proyecto recibió su nombre después de conocer a una joven llamada Lupita, quien había estado confinada a la cama durante más de 30 años, después de que un accidente la dejara en un estado semi vegetativo. 

Aunque resultó imposible mejorar su condición médica, pudieron mejorar su calidad de vida con fisioterapia básica y mejores formas de alimentación y cambio de postura, así como la donación de sillas de ruedas especialmente para sus necesidades y un elevador de ascensor para ayudar a moverla de la cama a la silla.

La experiencia con al paciente Lupita fue un parteaguas para brindar atención de mejor calidad a otros niños y adultos con necesidades especiales.

Cuando tuvieron pacientes con problemas médicos muy graves, formaron una alianza con el Hospital Shriners para Niños, de la Ciudad de México, creando un convenio para que los pacientes enviados reciban evaluación, operación y prótesis de forma gratuita hasta la edad de dieciocho años.

​El Proyecto Lupita depende del DIF Huatulco para el transporte a la Ciudad de México, atienden de cuatro a siete niños y sus padres cinco veces al año para su valoración y tratamiento médico especializado.

Para apoyar y seguir a los pacientes se cuenta con los servicios de cirujanos ortopédicos pediátricos y traumatólogos, además de clases e instrucción de inglés, para que los pacientes puedan disfrutar de una vida más productiva, siendo la filosofía del Dr. Andrew y de todo su gran equipo: “juntos podemos”, ya que creen que no habrá éxito continuo sin la ayuda de los voluntarios y patrocinadores.

El Dr. Andrew Glassman, fundador del Proyecto Lupita para atención de personas con discapacidad. / Fotos: Omar Maya /Max Scherenberg