¿Qué opinaría Monsiváis?
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¿Qué opinaría Monsiváis?

Al cumplirse hoy el 85 aniversario de su nacimiento, muchas son las interrogantes en torno a lo que él opinaría de las actuales circunstancias de nuestro país y el mundo


¿Qué opinaría Monsiváis? | El Imparcial de Oaxaca
Propios y extraños lo ponderan como un defensor de las causas justas.

Al cumplirse hoy el 85 aniversario del nacimiento de Carlos Monsiváis (1938-2010), muchas son las interrogantes en torno a lo que el escritor, cronista y periodista opinaría de las actuales circunstancias de nuestro país y el mundo.

Por ejemplo, el escritor Fabrizio Mejía Madrid, su amigo, considera que “estos años la pregunta no ha sido qué diría Monsiváis, sino cómo la nueva realidad cultural y política reinterpreta lo escrito por él. Así, queda claro su papel de estratega cultural, de sus crónicas, no tanto como informativas, sino como una forma de la atención.

En los últimos años de su vida, discutimos bastante sobre el tema de cómo se estaba formando en México un tipo de pertenencia al país que provenía de abajo, que no quería ser ‘incluido’, sino que estaba en búsqueda de abrir el espacio de su propia pertenencia. Quizás le hubiera sorprendido lo que vemos ahora: lo político, lo público, como identidad.”

Otra de las inquietudes es cómo lo leen y lo perciben los jóvenes a casi 13 años de su muerte, como se cuestiona el crítico de cine Carlos Bonfil, otro de sus allegados, quien considera que a Monsiváis le habría gustado que quienes hablarán de él a lo largo de los años fueran los jóvenes, lo cual, sostiene, es un pendiente.

 

Defensor de las causas justas

 

Carlos Monsiváis es recordado con cariño, admiración y respeto. Propios y extraños lo ponderan como un defensor de las causas justas, un hombre inteligente con conocimiento enciclopédico, una memoria infalible y un humor mordaz, una figura señera y referencial en la vida cultural mexicana.

Nos hace mucha falta porque tenía una capacidad crítica, como la tenía también José Emilio Pacheco, y una capacidad de ironizar, de burlarse de las circunstancias, de sus amigos, de encontrar su debilidad.

 

Monsiváis nos dejó un gran legado político, porque sus análisis políticos son extraordinarios”, dice Elena Poniatowska, una de sus amigas más cercanas.

El escritor Juan Villoro reconoce de Monsi su “capacidad dispersa de entender el mundo” y “su compromiso con las luchas de la izquierda, con movimientos de alteridad sexual, con la defensa a los animales. Para muchos de nosotros, la realidad era algo que se entendía después de leer a Carlos Monsiváis; todavía hoy, ante una situación política confusa de la vida nacional, tengo el reflejo instantáneo de pensar qué dice Monsiváis”.

Para Paco Ignacio Taibo II, el autor de Días de guardar es “el personaje que mayor capacidad tenía para hacer sociología instantánea a través de la crónica y el periodismo”, y subraya como uno de sus principales legados “haber dejado en el aire la idea de que el periodismo es una artesanía moral, que no sólo alguien tiene que quedarse atrás contando, sino que su obligación es contar aquello que está más alrevesado, más encubierto, menos transparente, y hacerlo siempre desde una perspectiva crítica”.

Según Jenaro Villamil, director del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR) y colaborador cercano, “el principal legado de Monsiváis es su obra periodística, que en buena medida está en sus columnas, sus artículos, en la propia Por mi madre, bohemios, porque es el testigo cotidiano de la vida de los últimos 50 años de México, de 1959 hasta su fallecimiento, en 2010”.

Amigo y colaborador cercano de Monsiváis, Alejandro Brito destaca como principal legado del escritor y periodista a su obra literaria, “que es única, original y muy renovadora tanto de la literatura como del periodismo. Creo que la manera de hacer periodismo cambió con los textos de Carlos. El periodismo es uno antes y es otro a partir de él”.

Asimismo, resalta su faceta de coleccionista y los acervos que legó al Museo del Estanquillo, con más de 20 mil obras de arte, objetos de toda índole, memoralia, miniaturas, fotografía, grabados, además de la reflexión que siempre hizo sobre las causas sociales: “Él se divertía mucho pensando que eran las causas perdidas porque tenía el récord de que ninguna de las luchas que había apoyado tuviera éxito o triunfo, y como no había conocido el triunfo, por eso le llamaba las causas perdidas”.


aa

 

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