San Matías Jalatlaco: de barrio de curtidurías a mágico

Donde hasta hace 10 o 15 años existieron las últimas curtidurías hoy hay cafés con visitantes extranjeros que disfrutan de sus bebidas sobre la banqueta, bajo la sombra de un frondoso árbol o junto a un mural de la comparsa más emblemática, aquella que logró reunir miles de visitantes en un barrio de apenas mil habitantes.

Alguna tienda, panadería o bodega conforman la historia más reciente de San Matías Jalatlaco, barrio con árboles notables (dos coquitos de los años 1660) y más antiguos que el templo, construido en el siglo XVIII. Jalatlaco, un barrio conocido por las curtidurías y que incluso algunos identificaron como un sitio pestilente pasó a ser este lunes el primer barrio mágico del estado.

La denominación se la otorgó la Secretaría de Turismo federal, que siguiendo el esquema de los Pueblos Mágicos (lanzado en 2001), decidió en septiembre de 2022 emprender el programa de Barrios Mágicos. Y así “ampliar el abanico de experiencias turísticas para los visitantes que recorren el territorio nacional”. La razón, según dijo en su momento el secretario Miguel Torruco, se debió al interés de autoridades estatales y líderes del sector turístico por este tipo de nombramientos.

La noticia corrió como pólvora y pronto el nombre de Jalatlaco se volvió popular en la red social Facebook. Aunque el anuncio no fue sorpresa para algunos habitantes de este, uno de los barrios que se estima se fundó en el siglo XVI y que más tarde dio origen a la actual Oaxaca de Juárez.

Para Luis Fernando Navarro Martínez, presidente del comité de vida vecinal (comvive) y Julio César Navarro Moncada, del área de cultura del comité, la denominación “es un orgullo” y fruto del trabajo de sus predecesores. “Algo que se gestionó, por lo que se ha luchado”.

Esta noticia viene a reforzar lo que siempre se ha querido en este barrio, que sea un lugar de paz, pero donde también se respire cultura”, explica Luis Fernando, habitante de un barrio que describe como uno conformado esencialmente por familias originarias y distinto por ello a las colonias.

Lo que conlleva es que se haga un doble esfuerzo”, dice el presidente del comité al explicar que en poco más de 20 años los comités previos impulsaron el arreglo de calles, el cableado subterráneo, el alumbrado, la uniformidad visual de las casas, “siempre respetando los lineamientos del centro histórico”. Aunque reconoce que hace unos años la autoridad municipal quiso aplicar la normatividad para quitar el mural “más emblemático” (el de la comparsa) y el barrio lo defendió.

Gentrificación en Jalatlaco

El barrio no ha sido ajeno a la gentrificación, fenómeno por el que junto con la urbanización viene del desplazamiento de los habitantes originales. “La gente, aparte de unida, quiere conservar sus casas, pero ya entró ese fenómeno; mucha gente ha dejado sus casas, aunque ha sido una minoría”.

El costo de las casas y terrenos “se fue por los cielos” hace varios años y “ya no es fácil decir: puedo comprar un terreno o una casa”, explica Luis Fernando sobre un barrio donde las casas se ofertan en 12 millones de pesos según el portal inmobiliario Trovit. O donde una galera puede costar más de 16 millones; y un hotel, alrededor de 38.

Aun así, el comité cree que la gentrificación es mínima, pues sigue siendo un sitio habitado, donde el 80 por ciento de sus casi mil habitantes son las familias oriundas, las Navarro, López, Martínez, Ramírez, Cuevas, Alderete, entre otras.

Junto con el centro histórico y el barrio Xochimilco, Jalatlaco es uno de los tres lugares de la ciudad de Oaxaca afectado por la gentrificación, explica el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública del congreso local.

Historia

La historia de Jalatlaco abarca varios siglos, pero su modernización y urbanización tiene solo unas décadas, en las que incluso el río del mismo nombre fue entubado (entre 1960 y 1970) y algunas de sus calles conservan las piedras obtenidas del afluente. En lo que fue el río ahora está la calzada de la República, con estatuas que los gobiernos de otros estados donaron para reconocer a personajes ilustres.

De los varios talleres de curtiduría no queda ninguno en la calle nombrada en honor a este oficio, la de Curtidurias. “Prácticamente queda un solo curtidor”, dicen Luis Fernando y Julio César, al reconocer que fue la misma urbanización la que acabó con ellas. En eso coindice otro vecino que prefiere omitir su nombre, pues cree que, aunque el nombramiento es algo benéfico otros vecinos no estarán de acuerdo con él.

El lugar que tenían las curtidurías en la identidad lo han ocupado las actividades culturales como las callejoneadas o las comparsas, estas últimas como algo más arraigado y que ha congregado a más de 12 mil asistentes, explica el comité. El Viernes de Dolores es otra de las tradiciones, subraya Julio César, quien remarca que el barrio es previo a la ciudad.

Ahora nos hemos convertido en un barrio de comercios y orientado a la cultura”, apunta Luis Fernando, quien descarta que haya cabida para bares y cantinas.