Adriana Ortiz: “El primer acto de poder que ejercemos es nacer”
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Adriana Ortiz: “El primer acto de poder que ejercemos es nacer”

Hace unas semanas conversé con Adriana Ortiz Barraza, psicoanalista mexicana con una amplia trayectoria en la materia; desde hace años se dedica a dar terapia y ello le ha permitido…


Adriana Ortiz: “El primer acto de poder que ejercemos es nacer” | El Imparcial de Oaxaca

Hace unas semanas conversé con Adriana Ortiz Barraza, psicoanalista mexicana con una amplia trayectoria en la materia; desde hace años se dedica a dar terapia y ello le ha permitido estar en contacto con muchos pacientes, cuyas historias, sumadas con la perspectiva personal, le han permitido reflexionar en torno a diversos temas, principalmente el empoderamiento femenino, porque los estereotipos de lo que debe ser o hacer una mujer, son cosa del pasado:

Cuéntame de este libro de Mujeres Poderosas… ¿Cómo lo definirías?

Mujeres poderosas está inspirado en el maravilloso mundo de la mujer, pero también invita a los hombres a que lo lean, y dentro del libro se plasman las diferentes conflictivas que hemos tenido nosotras las mujeres a lo largo de la historia, pero en un lenguaje claro, de tal forma que pueda ser leído por cualquier persona y que finalmente lo que busca es generar comunidad. Este libro no va a en contra de los varones sino los invita a que nos miremos de diferente manera.

¿Cómo sería ahora la relación, la forma de mirarnos y el convivir entre mujeres y hombres en la sociedad de ahora?

—Es muy importante que a veces creemos que la sociedad patriarcal solo nos perjudica a nosotras las mujeres, y los varones de pronto lo vieran como una situación de poder; sin embargo, no se dan cuenta que también a ellos les afecta, por eso cada vez que se derriba un mito de lo que “debe ser” una mujer, paralelamente también se derriba uno de lo que “debe ser” un hombre, es aprender a mirarnos y a romper todos esos estereotipos que generación tras generación nos han dicho respecto a nosotros.

Esto de romper estereotipos lo estamos viviendo día a día las actuales generaciones…

—Este tema no es nuevo, es un tema que se ha repetido a lo largo de la historia, si te fijas en cada época ha habido gente que ha sido transgresor o transgresora, en mi libro hablo de mujeres que han roto la barrera de lo imposible en la época. Creo que las generaciones ahora, son las que están rompiendo estereotipos como nunca antes, los jóvenes como tú u otras generaciones más jóvenes, también está impulsando muy fuerte el empezar a ser de la manera que ellos decidan. Hoy las mujeres alzan la voz, porque antes “calladitas nos veíamos más bonitas”, según este dicho que tanto nos pesa.

¿En lo personal en qué momento consideras que rompiste estas barreras de lo imposible?

—Mira, yo me considero una mujer transgresora, que fui educada en libertad y que siempre fui a alcanzar mis sueños en todas las áreas que yo me propuse. Soy psicoanalista, pero mi primera licenciatura es en Educación Física, de ahí el poder adueñarme de mi cuerpo y decir “este cuerpo que tengo me pertenece y lo voy a poner en movimiento”, porque yo no creo que debemos de estar calladitas y sentaditas, entonces he sido una mujer que ha ido por sus sueños y sus deseos, más que esperar cumplir los deseos de los demás he ido por los míos. En el libro no hablo desde mi posición de psicoanalista sino como Adriana, la mujer, porque yo creo que entre mujeres debemos sentirnos identificadas y acompañarnos.

¿Y Adriana Ortiz, la niña, pensaba algún día escribir un libro así?

—Cuando yo era una niña no era como las otras niñas. Soy la primera mujer en una familia de hombres, tengo un hermano mayor que fue el primer nieto al igual que todos mis tíos varones, entonces nací y fui la primera niñita en una familia de hombres, por eso me criaron con esta igualdad con todos mis hermanos y primos, por eso yo como niña quizá no pensaba en escribir libros, pensaba en correr, en ensuciarme, en trepar árboles, en patear una bola. Por eso escribir libros fue un sueño que se fue construyendo poco a poco y que se ha hecho realidad.

¿Y en qué momento esta niñita que trepaba árboles comenzó a preocuparse por esta carrera para empoderar a las mujeres?

—Yo creo que siempre tuve mis metas claras, aunque no sabía cuando las iba a cumplir, escribir un libro es algo en lo que yo siempre pensaba, y aunque antes escribía cosas más académicas, pero es hasta después de mi formación como psicoanalista que se presenta esta oportunidad de plasmar mis ideas a partir de las experiencias que yo viví o mis pacientes. Pero creo que esto de buscar el empoderamiento viene hasta que yo me consolido en muchos aspectos de mi vida, profesionalmente y emocionalmente, porque al final cuando tú eres capaz de una mayor estabilidad, puedes buscarla para los otros.

Te decía hace rato que empoderar es difícil, porque a veces parece que no todos están preparados para asumir una situación de poder, ¿no lo crees?

—La definición de poder implica ser capaz, a veces creemos que tener poder es hacer grandes cosas, como Sor Juana, como Marie Curie, como Juana de Arco, como Malala y un sinfín de referentes que podemos decir; pero a veces el poder empieza de conocernos, el poder implica conocimiento, cada que tú te conoces, cada que adentras en esas partes tuyas y te reconoces como capaz de, ya estás ejerciendo un poder. Y eso es lo que tenemos que cambiar, no tienes que llegar a lo máximo para decir, aquí sí soy poderosa o poderoso, no, lo eres desde que agarras y puedes subirte a una bicicleta y pedalear porque lo lograste y eres capaz; eres poderosa desde que agarras un libro y puedes leer; eres poderosa desde que vas y ejerces tu derecho al voto; lo eres desde que alzas la voz; entonces creo que esta definición de poder que tenemos de magnificar, como si no es eso, no hay poder. Es más,el primer acto de poder que ejercemos es nacer, lo que pasa es que a veces no nos damos cuenta de eso.

@Urieldejesús02