El arte debe ser considerado patrimonio de la humanidad
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Arte y Cultura

El arte debe ser considerado patrimonio de la humanidad

El director de orquesta Marco Natanael Espinoza Rincón cree que la música de concierto es para todos también, que es necesario difundir la obra de los compositores vivos


Marco Natanael Espinoza Rincón es un músico mexicano que se inició motivado por el rock en español. Su idea, a los 17 años, era estudiar la guitarra, pero un par de meses en la facultad de música de la Universidad Autónoma de Coahuila le hicieron cambiar de parecer. “La música se encargó de guiarme”, apunta quien en ese tiempo quedó prendido al sonido del violoncello. Ahora, y tras unos años de buscar oportunidades para este arte en Coahuila, se desarrolla como director de orquesta.

Natanael Espinoza es el director invitado de la Orquesta Sinfónica de Oaxaca (OSO), como parte del quinto programa que tuvo su primer recital la noche de ayer, en el Teatro Macedonio Alcalá. Este domingo, guía nuevamente a la agrupación, en el segundo concierto, programado para el mediodía y en el mismo recinto.

Quien lidera una de las orquestas más jóvenes en el país, la Filarmónica del Desierto de Coahuila (OFDC), cuenta que—a excepción del doble concierto de Brahms— el repertorio se definió con la idea de incluir música mexicana. Y a partir de ello, él se inclinó por tocar piezas de compositores vivos.

“Es muy importante difundir la música que se está haciendo ahora y, sobre todo, la buena música que se está escribiendo hoy en día”, señala sobre un programa que comprende dos temas del Arturo Rodríguez, Díptico sinfónico Maximiliano y Carlota y Mosaico mexicano, “que son retratos vivos de nuestras culturas, de nuestras tradiciones, de nuestra historia”. El recital también comprende una obra de Guillermo Diego, la ópera Nuestro Tres guerras.

A la par de promover las creaciones actuales, Marco Natanael subraya la importancia de hacer lo propio con la música de concierto o clásica, y que esta deje de asociarse con un público específico. Parte de esa labor, explica, es lo que se realiza con la Orquesta Filarmónica del Desierto de Coahuila, fundada en el 2015 por él.

“La visión de la orquesta tiene que ver mucho con la mía de ver el arte y la cultura, que nos hemos enfocado en difundirla en todos los espacios posibles”, expone el músico que con la orquesta ha desarrollado “temporadas muy intentas en escuelas primarias rurales y en la ciudad”, con la finalidad de “que esto permee en la niñez y al final del día tener adultos con una visión más amplia de la que tenemos ahorita”.

Conciertos versátiles, en los que lo mismo hay temas de películas o programas a manera de homenaje a Queen, así como los clásicos de Beethoven o el bolero de Maurice Ravel, son ejemplo del enfoque de Espinoza.

“Esto es con el fin de llegar a más gente y lograr que alguna persona que jamás ha escuchado una orquesta sinfónica en vivo o que no tiene el deseo o la costumbre de ir a un teatro, venga a visitarnos y que venga a escuchar, y que venga a confirmar que el arte no es raro, no es para alguien en particular, no es para gente muy culta o gente muy elevada”.

Basado en esa idea, refiere que “el arte debe ser un patrimonio de la humanidad”. De ahí su esfuerzo porque “la gente se entere que la cultura, el arte, la música es para el disfrute, para el goce, para aprender, para conocer más, para agregarle algo distinto a nuestra dieta cultural diaria”.