Un video grabado por los propios agresores documenta el momento en que cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años ingresan a una tienda Oxxo en Juchitán de Zaragoza, intimidan al personal, rocían gasolina y encienden fuego al inmueble antes de huir. El video fue recuperado del celular de uno de los implicados y presentado en una conferencia de prensa del Gabinete de Seguridad del estado de Oaxaca.
Las imágenes no solo confirmaron la brutalidad del acto, sino también su propósito: una represalia directa del grupo delictivo encabezado por el llamado “Comandante Cromo”. Por la reciente detención de su padre y hermana, actualmente en prisión.
EL ATAQUE FUE UNA ORDEN: DELITOS GRABADOS EN PRIMERA PERSONA
El ataque incendiario a dos tiendas Oxxo no fue improvisado ni accidental. De acuerdo con las autoridades, los implicados pertenecen a una célula criminal que, tras perder ingresos por el tráfico de migrantes, se volcó a la extorsión y la violencia, empleando incluso a jóvenes y tratando de reclutar extranjeros, para cometer delitos.
“Estos sujetos someten al personal, los intimidan, rociaron el lugar con gasolina y lo incendiaron. Todo quedó grabado por ellos mismos”, reveló el titular de la Fiscalía General del Estado.
El video, ahora evidencia en su contra, muestra la secuencia completa del ataque. Desde las amenazas al guardia hasta la ignición del fuego y la huida.
CAPTURADOS EN MENOS DE 24 HORAS
Gracias al rastreo de señales telefónicas y seguimiento operativo, imágenes de cámaras de seguridad, los cuatro presuntos responsables fueron detenidos pocas horas después del ataque.
Estos jóvenes formaban parte de lo que queda del grupo del “Comandante Cromo”, un cabecilla que, según las autoridades, ha visto reducida su estructura criminal tras la detención de más de 60 personas ligadas a su red delictiva en el Istmo de Tehuantepec.
DE LOS MIGRANTES A LA EXTORSIÓN: EL REINVENTO CRIMINAL DE “CROMO”
El ataque a los Oxxos es solo el reflejo más visible de un ajuste de estrategia criminal. Según el fiscal, tras el debilitamiento del negocio del tráfico de migrantes por la presión institucional en la región, el grupo de “Cromo” comenzó a depender de la extorsión como fuente de ingresos, ventas de drogas y ajuste de cuentas. Con ello, elevando la violencia y contratando a jóvenes sin antecedentes, fácilmente cooptables.
“Esta es una respuesta virulenta de una célula cada vez más escasa”, subrayó el funcionario.
El uso de violencia extrema y actos como el incendio de establecimientos públicos buscan sembrar miedo y reafirmar control, una estrategia común en redes delictivas en declive.
MENSAJE A LOS GRUPOS DELICTIVOS: NO HABRÁ TREGUA
Durante la conferencia, se reiteró que las acciones coordinadas entre la Fiscalía, la Secretaría de Marina, la Guardia Nacional y la Defensa Nacional seguirán activas en Juchitán y todo el Istmo. El mensaje fue directo:
“No vamos a dejar a la población; vamos a garantizar que haya paz y tranquilidad en la región.”
La captura de los incendiarios no solo marca un avance operativo, sino también una señal de que las fuerzas de seguridad mantendrán el cerco contra grupos que intentan someter comunidades mediante la intimidación.
UNA VIOLENCIA GRABADA QUE EXIGE RESPUESTAS PROFUNDAS
El caso evidencia la peligrosidad creciente de células que operan al margen de toda lógica legal y ética. Las cuales son capaces de atacar espacios públicos para enviar mensajes internos. Que los propios agresores hayan grabado y difundido su acto es tan revelador como perturbador: el delito ya no solo se comete, también se exhibe.
La respuesta institucional ha sido rápida y efectiva, pero el reto de fondo permanece: romper el ciclo de impunidad, pobreza y reclutamiento criminal en comunidades. Donde ser joven puede ser, peligrosamente, sinónimo de vulnerabilidad ante el crimen organizado.