Un polémico episodio ocurrido el pasado fin de semana en pleno Centro Histórico de Oaxaca ha vuelto a encender el debate entre quienes defienden las calendas y quienes exigen el derecho a transitar libremente por la ciudad. Todo comenzó con la viralización de un video grabado en la calle García Vigil. Donde una mujer intentaba circular en su automóvil, pero fue bloqueada violentamente por los asistentes a una calenda comercial que recorría la zona.
#Entérate | 😨😡🫣VIDEO | “¿De quién es Oaxaca? ¿Turismo con permiso para agredir?”: Calenda bloquea paso a conductora y desata polémica | Internautas critican gentrificación y caos vial sin regulación | #Oaxaca | https://t.co/j8K15XynrL pic.twitter.com/SsaeDKzcdv
— El Imparcial de Oaxaca (@ImparcialOaxaca) April 15, 2025
En las imágenes, se observa a un grupo de personas —aparentemente no originarias de la ciudad— impidiendo el paso del vehículo. La tensión escala cuando un hombre de cabeza rapada, vestido con traje blanco, lanza una patada al auto, golpeando el espejo lateral ante la mirada pasiva de los demás asistentes. Sin que ninguna autoridad se hiciera presente en el lugar.
“YA NO SON TRADICIONES, SON SERVICIOS TURÍSTICOS”
La escena desató una avalancha de comentarios en redes sociales. Para muchos, la celebración dejó de ser una expresión cultural auténtica para convertirse en un servicio turístico privatizado. Lo cual está reservado para quienes pueden pagarla, incluso a costa de los derechos de los propios habitantes.
“Qué lamentable que los habitantes vayamos perdiendo el derecho a nuestra ciudad. Es urgente una adecuada regulación respecto a lo que gira en torno a la actividad turística”, expresó un usuario en redes sociales.
Otro comentario señaló:
“Tal vez se metió [la conductora] porque nadie le avisó que había calenda. Cuando hay calenda, hay tránsitos atrás, por lo menos dos patrullas”.
La indignación aumentó con comentarios como:
“Que encierren a ese pelón, que pague todo. Que se vea que en Oaxaca hay justicia”.
TURISMO, GENTRIFICACIÓN Y DESPLAZAMIENTO LOCAL
Este caso expone un conflicto creciente: el uso del espacio público por parte de turistas y organizadores privados de eventos, muchas veces sin coordinación con las autoridades ni consideración por los residentes. Cada vez es más común ver calendas protagonizadas por visitantes nacionales o extranjeros, que pagan por tener su “experiencia oaxaqueña”, lo cual ha sido acusado de fomentar la gentrificación y convertir las tradiciones en productos de lujo.
Al respecto, otro comentario fue directo:
“Esos chilangos que se sienten como si trajeran los millones a gastar en garnachas.”
EL MUNICIPIO RESPONDE
Tras la polémica, el presidente municipal de Oaxaca de Juárez salió al paso asegurando que se trabaja en una reorganización de las rutas para las calendas, y que no se trata de prohibirlas, sino de generar “el menor impacto posible”.
“Tenemos demasiadas calendas y debemos ordenarlas. No se trata de limitarlas, sino de establecer rutas claras y generar el menor impacto posible en la vida cotidiana de la ciudad”, afirmó el edil.
Sin embargo, para muchos ciudadanos estas palabras suenan a un control tibio frente a un fenómeno que no solo afecta la movilidad, sino que plantea preguntas de fondo sobre a quién pertenece la ciudad: ¿A los habitantes o a quienes la rentan por unas horas?
ENTRE EL FOLKLORE Y EL HARTAZGO
Oaxaca es conocida internacionalmente por su cultura viva, pero la frecuencia y escala de las calendas ha superado el umbral del encanto. Especialmente para quienes deben convivir con bloqueos constantes, ruido y un turismo cada vez más invasivo.
Mientras la conductora afectada aún no ha emitido una declaración pública, el agresor —identificado por redes, pero aún no detenido ni sancionado oficialmente— se ha convertido en símbolo de la impunidad que muchos denuncian.
Y mientras unos piden regular, otros exigen sancionar. En el fondo, la discusión es más profunda: ¿Se están mercantilizando las tradiciones al punto de excluir a quienes les dieron origen?