Como una falta de respeto y un insulto al patrimonio afromexicano, también como una falta de investigación, así calificaron internautas la presentación del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández en el programa Venga la Alegría, de TV Azteca, y que se difundió este fin de semana tanto en la televisión como en las redes sociales del programa.
Esta danza de los diablos es una que comparten y se baila en varias comunidades de los estados de Guerrero y Oaxaca, dos de las entidades en donde se concentra la población de la llamada tercera raíz de México, la afromexicana, por ejemplo, en Oaxaca es parte de la tradición de Santiago Llano Grande, población que ha presentado la danza en los espectáculos del Lunes del Cerro. En Guerrero, es patrimonio de municipios como Cuajinicuilapa y Ometepec.
A unos días de la presentación que tendrá en el Palacio de Bellas Artes por el aniversario 90 de este espacio, donde se espera que sí se presente la danza de los diablos de Cuajinicuilapa, Guerrero, el Ballet Folklórico de Amalia Hernández fue criticado y exhortado a ejecutar las danzas no solo como ballet sino más apegado a las tradiciones.
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Internautas, varios de ellos originarios de municipios afro mexicanos o de otras partes de Guerrero y Oaxaca, así como de diversas entidades, notaron que tanto la vestimenta como la misma danza que ejecutaron los bailarines (como una presuntamente de Ometepec) no es la auténtica sino una adaptación, pero que cae en la deformación de las tradiciones y que con ello da una falsa idea de estas ante otras personas del país o de otras partes del mundo. Además porque consideraron que el ballet está lucrando con las tradiciones.
De acuerdo con una descripción de la Secretaría de Cultura, el origen de la danza de Los Diablos se remonta al virreinato, cuando “era un ritual dedicado al dios africano Ruja, al cual los esclavos le pedían ser liberados del yugo español”.
La danza es interpretada por personas que “usan máscaras con barbas y flecos hechos con crines y colas de caballo y portan ropas de harapo”. Asimismo, que el “grupo, conformado por cerca de 12 personas, va precedido por el ‘Diablo Mayor’ o ‘Tenango’, que representa el papel de capataz o patrón, y la ‘Minga’ o ‘Bruja’, que es personificada por un hombre que usa ropas consideradas de mujer mientras carga un muñeco”. Todo ello bajo los acordes de músicos suelen tocar la charrasca (quijada de burro o caballo), el bote, el violín y la armónica.
