Miles de oaxaqueñas marcharon en la ciudad de Oaxaca este 8 de marzo para exigir el respeto a sus derechos y el cese a la violencia machista por la que muchas han sido víctimas de feminicidios y desapariciones y otras formas de violencia.
La marcha en la que se estima que participaron aproximadamente 3 mil mujeres, partió del Monumento a la Madre cerca de las 16:30 horas y arribó a la Alameda de León y el Zócalo capitalino alrededor de las 18:00 horas. Aunque concluyó dos horas después luego de que policías estatales arrojaron gas lacrimógeno al contingente que permanecía junto al Palacio de Gobierno afectando a las mujeres y personas que pasaban o estaban en los portales cercanos, aun así el gobierno estatal reportó saldo blanco.
En un año en el que las autoridades estatales han señalado que no se han cometido ningún feminicidio entre enero y febrero, pero en el que organizaciones feministas sí registran al menos 19, la protesta se centró en exigir garantías para la seguridad de más mujeres y en justicia para las asesinadas.
Cero feminicidios en enero, cero en febrero”, decía en la víspera el secretario de Gobierno, Jesús Romero, basado en datos de la Fiscalía General del Estado, aunque sí hablaba de 16 homicidios dolosos de mujeres.
De acuerdo con el contador de feminicidios de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, desde el inicio de la administración de Salomón Jara Cruz (1 de diciembre de 2022) y al 5 de marzo se han cometido 132 feminicidios. De ellos, 19 fueron en enero, febrero y lo que va marzo.
Por su parte, el Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos contabiliza 128 feminicidios, de los cuales 19 se cometieron en enero y febrero de este año.
Por esta y otras protestas que se esperaban por el Día Internacional de la Mujer, las autoridades estatales y municipales optaron por blindar por primera vez diversos inmuebles públicos como la Catedral Metropolitana, el Palacio Federal e incluso aquellos en los que operan instituciones bancarias y el quiosco.

Como en otros años, también blindó el Palacio de Gobierno, aunque las manifestantes lograron derribar parte de las vallas metálicas o de madera para poner en su lugar más consignas del movimiento feminista o para externar su rabia por la falta de justicia.
¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos!” “¡No que no, sí que sí, ya volvimos a salir!” “El estado opresor es un macho violador”. Los gritos y reclamos eran para las autoridades, pero también para un sistema y una sociedad que no siempre ha empatizado con las víctimas. “¡Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente!”.
Desde el Monumento a la Madre y durante su paso por la calzada Madero y la avenida Independencia, el contingente en el que también hubo infantes tuvo también muestras de solidaridad de quienes se iban sumando o que comprendían las causas del movimiento, desde aquellas por las que las madres víctimas de feminicidios han reclamado una justicia a las autoridades durante al menos 12 años. Ivonne, Dafne, María del Sol, Ximena y Natalia eran solo algunos de los nombres y fotografías de las asesinadas y cuyas familias seguían esperando por justicia.
A pesar de que ya está en prisión, todavía no tiene una sentencia”, decía Monserrat, prima de Ximena y Natalia, sobre el padre de las jóvenes de 19 y 16 años que fueron asesinadas presuntamente por su padre (Alejandro) en 2022 en el municipio de Oaxaca. Mujeres de todas las edades eran parte de la marcha en la que imperó el de las jóvenes hartas de tener que ser valientes en lugar de libres.
La familia de Soledad González, ultimada por su pareja en 2022, también se sumó a la protesta para exigir un alto a los feminicidios y que los ocurridos tengan justicia como en el caso de ella, aunque su ausencia siga doliendo.
Las calles de la ciudad se pintaron de morado, de verde y de negro, colores que han caracterizado a las protestas feministas y con los que se exigen derechos como una vida libre de violencia, al aborto o para recordar a las víctimas de feminicidios.
“Canción sin miedo”, de Vivir Quintana, se escuchó a lo largo de una protesta que rompió cristales, derribó vallas metálicas y de maderas o que se fue en contra de un establecimiento por las denuncias de acoso sexual de sus propietarios. La marcha – protesta concluyó frente al Palacio de Gobierno, donde las fotografías de los agresores fueron quemadas en el corredor, donde el grito de las mujeres reclamaba” ¡Ni una menos!”. Y desde donde la policía respondió con gas lacrimógeno hasta dispersar a las manifestantes y afectar a terceros que pasaban o estaban cerca de la zona.