El ficticio universo de los Aztecas
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Opinión

Toltecáyotl

El ficticio universo de los Aztecas

 


El pueblo de este país ha sido engañado por el Estado mexicano, quien ha creado una falsa “Historia Oficial Prehispánica”, para tener al pueblo amnésico, sin auto estima y dócil para las injusticias de las élites criollas. Como personas, familia y comunidad, somos lo que recordamos, lo que sabemos de cada uno de nosotros. Usted, -amable lector-, es quien es, porque se recuerda a sí mismo. Pero, si tuviera un fuerte golpe en la cabeza podría quedar amnésico. Las personas que sufren este mal, no saben quiénes son, ni qué hacen, ni que saben. Sienten miedo, son inseguras y están en un estado de vulnerabilidad absoluta. Cuando a un pueblo se le quita, la memoria histórica y la identidad cultural ancestral, lo dejan indefenso porque no sabe de dónde viene y en dónde está. Se le puede hacer lo que sea y no protestará, se comportará de manera resignada y sumisa. Este ha sido el objetivo de las elites que han tenido el poder, desde la creación del Estado mexicano en 1824, para cometer grandes injusticias y despojos para amasar grandes fortunas.

El pueblo de este país, desde 1521 fue despojado de su calidad de ser humano y condenado a la exclusión. Los primero trescientos años en el sistema colonial español. Los siguientes doscientos, en el sistema neocolonial a manos de los criollos, que han tenido a la mayoría del pueblo en calidad de ciudadanos de tercera, llamándolos indios, peladitos, morenitos, nacos, prietos, etc., es decir, los herederos directos de la civilización invadida y negada.

El Estado mexicano, para tratar de destruir la milenaria civilización del Anáhuac, a partir de 1824, crea el mito de México, un país que tiene como cimientos históricos la cultura mexica y la invasión española. Es decir, la mítica del poder económico y político es que son herederos del Virreinato y de la Gran Tenochtitlán. En efecto, los criollos desde el inicio del siglo XVI, se sintieron despojados de estas tierras que ganaron con la espada, y que, la baja nobleza castellana enviada por la corona se las arrebató, con el sistema de castas en donde ocuparán un segundo lugar y no podrán acceder a los más altos cargos en el gobierno, el clero y el ejército.

Todo comenzó en 1810, cuando un puñado de criollos ambiciosos traicionando a sus parientes gachupines, levantan a los pueblos indígenas para despojar del poder a los peninsulares. En 1821 hacen las paces y deciden crear un país y dejar de ser virreinato. En 1824 crean Los Estados Unidos Mexicanos y los criollos y gachupines se hacen mexicanos, porque deciden ponerle a su país el nombre de México, en recuerdo de la México-Tenochtitlan. En 1828, los criollos traicionan y expulsan a los gachupines y se quedan con el país de ellos y solamente para ellos.

La ideología criolla pretende ignorar los 9500 años de historia de la civilización del Anáhuac, sus tres periodos, preclásico, clásico y postclásico, en el que floreció la civilización del Anáhuac de manera endógena, desde la invención de la agricultura hasta el manejo más elevado de la energía. Para los criollos la historia ancestral, que llaman “prehispánica”, se encuentra circunscrita solamente a los aztecas y la gran Tenochtitlán, que duró desde su fundación en 1325 a su destrucción en 1521, tan solo 196 años. A los mexicas o aztecas los criollos les dan todo el crédito civilizatorio para desaparecer a la civilización del Anáhuac y, sobre todo, su filosofía llamada Toltecáyotl.

La historia de los aztecas, es un mito colonizador enraizado en la mente del pueblo por la SEP, el INAH, los medios masivos de confusión y las universidades. Al tratar de desaparecer el Anáhuac, desaparecen todos los pueblos y culturas ancestrales, se disuelve la diversidad y la pluralidad, quedando solo “los mexicanos”, una sola identidad, una sola historia prehispánica, una sola lengua, una sola visión del mundo y la vida, un pensamiento único y uniforme.

El Estado neocolonial de ideología criolla, no pudo desaparecer la cultura maya, porque desde el siglo XIX ha estado en manos de investigadores extranjeros, especialmente gringos, así que se ven forzados a hablar de los mayas y los aztecas. Al despojar al pueblo de su identidad cultural ancestral, desaparecer la conciencia de que aquí hace miles de años se inició la primera democracia participativa, el primer sistema de educación, que nunca se usó la moneda, la propiedad privada, y no se inventaron armas. Que la autosuficiencia era uno de los grandes valores como personas, familia y comunidad. Que nuestros viejos abuelos fueron una de las civilizaciones más adelantadas del planeta y que somos un pueblo de gente inteligente, trabajadora, honrada, solidaria y con una alta espiritualidad. El neocolonizador, no quiere que el pueblo recupere su conciencia y esos saberes, esos hábitos y esos valores, porque de hacerlo, se acaba su poder y su riqueza mal habida. El futuro del Anáhuac está en la recuperación descolonizada de su historia. Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. www.toltecayotl.org