Qué importantes son las palabras a la hora de nombrar o invisibilizar a las personas por más evidencias que existan de sus logros y aportaciones.
En días pasados una de tantas victorias de un tenista español inundó las redes sociales entre felicitaciones y críticas al manejo del hecho calificado como épico, a pesar de existir evidencia histórica fehaciente de logros mayores protagonizados por tres mujeres tenistas.
Los argumentos a favor vertidos justificaban que, aunque las mujeres tenistas tenían más títulos ganados, él era el triunfador si de varones se hablaba. Sin embargo, los cabezales versaban: “Nadal gana más Grand Slam (Conjunto de los torneos de tenis más importantes del mundo) que NADIE”; “NADIE como Nadal”; o “Nadal gana en Australia y es el primero en conquistar 21 Grand Slam” al obtener dicho número triunfos en esos torneos.
¿NADIE? El récord absoluto lo tiene la australiana Margaret Court, que ha ganado 24 grand slams individuales; Serena Williams, ganadora de 23 títulos individuales (14 títulos en dobles femeninos y dos en dobles mixtos); y Steffi Graf, tenista alemana que ha conseguido 22 títulos. ¿Y ellas son “nadie”?
Para la especialista en género y deporte Claudia Pedraza Bucio uno de los grandes problemas del ámbito deportivo es la negación del sexismo, provocando que las mujeres deportistas enfrenten barreras inexistentes en las trayectorias de los hombres, y advirtió que la única forma de revertir esto es reconocer que la cultura del deporte es machista y hay que empezar a cambiarlo ya.
Lo que está en juego es el poder, negado históricamente a las mujeres en el orden social patriarcal; el poder de decidir, de actuar, de ser seleccionado y el poder del dinero en la industria deportiva están en manos de los hombres. Si queremos empezar a cambiar, además de contratarlas en condiciones igualitarias, resulta indispensable construir otras formas de nombrar a las mujeres en las canchas, pues lamentablemente las prácticas machistas están normalizadas, como lo podemos ver en ese encabezado de las “nadie”.
Palabra que me trajo a la memoria el poema del gran Eduardo Galeano, donde se nombra pero se deja de nombrar, de reconocer: “… Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada (…) Que no son, aunque sean, Que no hablan idiomas, sino dialectos. Que no profesan religiones, sino supersticiones. Que no hacen arte, sino artesanía. (…) Que no tienen nombre, sino número (…)” Y yo agregaría: las “nadie” frente al brillo de Nadal; que no hacen deporte ni logran triunfos, sino que invaden las canchas y cuyo destino es ser olvidadas.
Como lo ha afirmado ONU Mujeres, los medios de comunicación y quienes crean contenidos en redes sociales tienen un papel esencial para contribuir a la igualdad de mujeres y hombres. Sin embargo, el trato es desigual y se basa en mandatos de género sexistas, asociando el valor del cuerpo de la mujer a su belleza y no a sus destrezas y capacidades, un cuerpo hecho para ser mirado y para complacer a la mirada masculina.
Como audiencia debemos seguir corrigiendo la plana, tenemos derechos y cada medio tiene canales de comunicación para manifestarles nuestras opiniones. Precisamente en el caso Nadal, han sido las internautas aficionadas al tenis, mujeres periodistas y feministas quienes principalmente levantaron la voz y recordaron que, por sus grandes gestas, Court, Williams y Graf están muy lejos de ser las “NADIES”.
