Impera desorganización en casillas de Tlacolula
Medidas sanitarias a medias ante irritación de votantes
En este municipio ubicado a 40 minutos de la capital oaxaqueña, decenas de habitantes esperaron casi una hora para poder emitir su voto.
A las 8:00 horas los encargados de casilla apenas armaban y colocaban las urnas donde se definiría la elección del próximo presidente municipal, diputados locales y federales, entre la confusión y el arreglo de la papelería que apenas se sacaba de las cajas.
La desorganización y la ausencia de un escrutador en uno de los módulos instalados generaron inconformidades por varios minutos, al mismo tiempo que las filas se movían de un lado a otro según las iniciales del apellido de la o el votante.
“Se supone que a las 8 ya deberían estar listos e instalados. Nos dijeron que nos formáramos de este lado y resulta que están dejando armar otra fila, si hay relajo, ustedes van a tener la culpa”, expuso uno de los asistentes.
A un costado del Palacio municipal no se respeta la sana distancia, pero sí es obligatorio el uso del cubrebocas; los representantes de casilla apenas pueden coordinarse y organizar a quienes ya lanzan gritos para apresurar el inicio de la votación.
Entre el espacio de los seis módulos se genera confusión. “Es un desmadre”, expresa un joven que ríe y busca la fila donde deberá formarse, mientras otros preguntan a elementos de seguridad si ahí mismo se encuentra la casilla especial.
“No lo sé, creo que se instaló en el módulo de vialidad. Vaya para allá”, expresa una mujer policía a otra de la tercera edad, que avanzaba a paso lento acompañada de una menor de al menos 12 años.
Ahí también se observaron algunos civiles que portaron frascos de gel antibacterial y bolsas de cubrebocas, así como vendedores ambulantes que pasaban entre la filas para vender tortas, botes de agua, jugos y bolsas de chile en polvo.
Los elementos policiacos recorrían la zona y pedían respetar el uso de cubrebocas entre quienes apenas llegaban con credencial en mano, buscando la fila que les correspondía y que aún no avanzaba.
Un olor a carne asada que provenía de la plaza municipal hacía desesperar a varios que no habían desayunado, sobre todo de los hijos menores que acudieron en compañía de sus madres y también formaban parte de las largas filas.
A varios metros, en la casilla especial ubicada a un costado del Módulo de policía, poco más de 40 personas se mantenían también en la espera de poder votar en una fila que apenas avanzaba cada cinco minutos.