El 1 de junio, pese al estancamiento de los niveles de población vacunada en torno al 60%, Israel levantará todas las restricciones COVID que quedan en el país. Y no son muchas. Desde el 7 de febrero, cuando dejaron atrás las seis semanas de confinamiento a las que la terrible ola de fin de año, el estado de Oriente Medio ha ido retirando progresivamente las medidas sanitarias.
El momento clave fue el 18 de abril cuando se levantó la obligatoriedad de llevar mascarilla en público. ¿Qué ha pasado desde entonces? ¿Tiene sentido volver a la más absoluta de las normalidades a partir de esta semana? ¿Qué podemos aprender de lo que está pasando al otro lado del Mediterráneo?
El espejo epidemiológico en el que se mira toda Europa
Durante la peor semana de la pandemia en Israel, a principios del mes de enero de 2021, el país llegó a detectar casi 60.000 positivos; la pasada semana, en cambio, esa cifra fue solo de 222 casos en total. Los datos hablan por si mismos. Sobre todo, porque desde hace semanas (y pese a que el país sigue llegando a acuerdos multimillonarios con las farmacéuticas) los niveles de vacuanción se han estancado en torno al 60%.
Tras el fin de las mascarillas en los espacios públicos, el Gobierno israelí se comprometió a la “vuelta a la normalidad” si en las semanas siguientes no se producía un rebrote. Esto es importante porque con una población muy joven y con los ultraortodoxos, un 12% de los nueve millones de israelíes, en manifiesta rebeldía contra la vacuna, la barrera del 60% ya se veía en el horizonte.
La pregunta era, como es evidente, si ese 60% sería suficiente para mantener el virus bajo control. Y lo cierto es que la gráfica es espectacular. Es verdad que la primavera ha ayudado a realizar más actividades al aire libre y que salían de un confinamiento muy estricto. Es más, hay que recordar que el año pasado, una ola de calor encerró a los israelíes en sus casas, escuelas y centros de trabajo y provocó una importante oleada de COVID. Pero todo esto son motivos para estar pendientes de la evolución futura, pero no para no reconocer (con todos sus ‘peros’) el éxito del plan de vacunación en doblegar la curva hasta casi hacerla desaparecer.
Además, si se confirma, dibuja un escenario muy optimista para España y su plan de vacunación que, si todo va bien, alcanzará ese 60% en las próximas semanas. ¿Qué ocurrirá entonces? ¿Empezarán a retirarse las medidas en España también? Parece inevitable que así sea; no obstante, no tenemos fechas cercanas y los esfuerzos gubernamentales están centrados en llegar al 70% de vacuandos y reactivar el turismo en el país.
