En 2018, bajo la afluencia de visitantes a museos y zonas arqueológicas del estado que dependen o trabajan en coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La cifra, que en 2017 fue de más de 906 mil personas, descendió hasta llegar a poco más de 899 mil.
De acuerdo con las estadísticas del INAH, en los últimos tres años, es 2017 el mejor en cuanto a visitas, pues superó en más de 100 mil a las tenidas durante 2016 (en ese entonces, las zonas arqueológicas y museos recibieron a 766 mil 336 personas).
Aunque el descenso respecto a 2017 es de alrededor de 6 mil, esta baja ha sido más palpable en las zonas arqueológicas, varias de las cuales sufrieron afectaciones a raíz de los sismos de septiembre de 2017 y febrero de 2018. Hasta julio de 2018, una de las temporadas más fuertes en cuestión de turismo, en el estado permanecían 10 zonas afectadas por los terremotos, y solo dos (Yagul y Lambityeco) habían terminado de ser atendidas como parte de una primera etapa de atención. Las demás aguardaban un proceso que de acuerdo con el INAH se extenderá hasta el próximo año.
Hasta ahora, las estadísticas marcan como favoritas de los visitantes a las zonas arqueológicas, respecto a los museos, especialmente la de Monte Albán, que aún con las bajas y afectaciones por los sismos ha conseguido el mayor porcentaje de afluencia. La zona es un punto de interés también entre el público extranjero, al ser, junto con el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca patrimonio de la humanidad. Entre los museos, el que ha logrado mayor atención de los visitantes es el Museo de las Culturas de Oaxaca, que es a su vez uno que dialoga con la arquitectura colonial del Centro Histórico.
