Casi lo linchan por robar una bicicleta en el Tule
El hombre de complexión robusta no sentía lo duro sino lo tupido, pero aún así no imploraba perdón cuando una turba de vecinos lo sometía a golpes y puntapiés.
Ocurrió ayer en El fraccionamiento El Retiro, algunos testigos le llamaron escarmiento. “Si, que aprenda que robar no es bueno”, se escuchaba entre la multitud.
Todo inició cuando corrió la voz de alarma de que un tipejo, desconocido para los vecinos, se quiso robar una bicicleta mal puesta, según.
El joven, cuya identidad no quiso revelar, corrió, sabía que de ser atrapado nada bueno le esperaba, sabría entonces lo que es amar a Dios en tierra ajena.
Sus pasos eran agigantados, pero la multitud de vecinos de este fraccionamiento, perteneciente a Santa María El Tule lo acorraló, de nada sirvió que el sospechoso corriera a todo lo que daba.
Lo detuvieron en ´seco´, a golpes, lo ´pescaron´ del cuello y lo tiraron al piso, le dieron dos, tres, cuatro golpes con los pies, era un escarmiento, insistían casi en coro.
Siempre hay alguien que llama a la cordura y convenció a los encorajinados vecinos que era mejor entregarlo a la policía, aún cuando la víctima no podría denuncia alguna, primero porque se recuperó la bici, segundo porque aún tienen la creencia de que eso de denunciar es vueltas y vueltas.
“Todo para que, si la nueva ley les beneficia más a ellos, luego salen, tiene que haber un muerto para que se aplique la verdadera ley”, comenta don Leoncio, de peno entrecano.
El escándalo llegó finalmente a oídos de la Policía Municipal, cuyos elementos llegaron de inmediato pues temían lo peor.
Al llegar, el hombre de la playera naranja y pantalón de mezclilla sintió que volvía a nacer, sintió tranquilidad, sabía que no sería linchado, quemado como se lo gritaban.
