Con 13 mil 217 sismos, Oaxaca se localiza en primer lugar de ocurrencia de este fenómeno natural.
La Coordinación Estatal de Protección Civil reportó que a nivel nacional han sido 24 mil 61 temblores, de los cuales, para la entidad, el porcentaje de ocurrencia corresponde al 54.93.
De acuerdo al reporte del 29 de noviembre de 2019, el segundo lugar lo tiene Guerrero con 3 mil 752 eventos, que significa el 15.59% y el estado de Chiapas con 3 mil 324 sismos, un 13.81%.
De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN) México comprende grandes regiones donde han acontecido fuertes sismos.
Entre ellos especifica que en 1787, en las costas de Oaxaca se registró un movimiento de magnitud de entre 8.4 y 8.7, en 1932 un temblor de 8.2 llegó a las costas de Colima y Jalisco.
Para 1985 las costas de Michoacán registraron un movimiento de 8.1 y en 1995, uno de similar magnitud se sintió en las Costas de Colima.
Para el 2017 el Golfo de Tehuantepec, sintió un sismo de 8.2, afectando la zona del Istmo, principalmente.
De acuerdo con este sistema, un sismo no se puede predecir, no obstante, la población debe estar preparada y bien informada sobre el qué hacer, antes, durante y después del movimiento telúrico.
Cabe hacer mención que las 5 placas tectónicas que existen en el país, convierten a este territorio en un espacio de alta sismicidad y para esta entidad, las regiones del Istmo, la Costa y Valles son más susceptibles a estos movimientos.
Para la entidad, el sistema de Alerta Sísmica (SASO) tiene como objetivo el emitir un sonido de alertamiento anticipado para la ocurrencia de sismos más o igual a 5.5 de magnitud.
En tanto, las autoridades recomiendan a la población extremar las medidas de prevención.
