Educación de las mujeres, responsabilidad global

¿Qué beneficios puede traer educar a las niñas?, ¿te parece extraña la pregunta?, si para ti el que tu compañera de clase esté sentada a tu derecha o a tu izquierda es lo más normal del mundo, el que jamás te hayas preguntado si podría ser de otra forma significa que hay un avance, que al menos en tu entorno la diferencia de acceso a la educación para hombres y mujeres es un asunto resuelto pero, te has preguntado en ¿qué lugares del mundo no es así? ¿Cuál sería el primer lugar en el que pensarías África, India, Asia, Estados Unidos, México?

En el mundo actualmente hay 64 millones de niñas que no van a la escuela. Sin duda el primer lugar al que se debe mirar es África, donde se encuentran 31 millones de niñas sin educación, de ellas se estima que 17 millones jamás asista.

En México 4.1 millones de niños y adolescentes, entre 3 y 17 años de edad, no van a la escuela y más de 600 mil están en riesgo de abandonar las aulas. De cada 100 mujeres 10 no tienen escolaridad; de cada 100 hombres 7 no tienen grados aprobados. El porcentaje de población alfabeta es de 93 por ciento para los hombres y 90 por ciento para las mujeres. Para la población indígena, 76.7 por ciento de los hombres y 60.2 por ciento de las mujeres saben leer y escribir en español.

Por si estas condiciones de desigualdad fueran poco, a la educación de las mujeres se le otorga una responsabilidad social mucho más amplia, desde beneficios en la reproducción, el control de la población, reducción de muertes maternas, de embarazos y matrimonios precoces. Los beneficios de su educación son familiares, colectivos, comunitarios, planetarios.

De acuerdo con la UNESCO, si todas las mujeres del mundo concluyeran la primaria se salvarían 98 mil vidas por reducción de muerte materna; también habría 15 por ciento menos muertes infantiles; 1.7 millones de niños se salvarían de la desnutrición. Asimismo está demostrado que las mujeres con mayor escolaridad tienen más probabilidades de conseguir empleo.

En el país 19.4 por ciento de los embarazos que se registran en el país son de mujeres menores de 19 años de edad, aunque en algunas entidades el fenómeno representa 30 por ciento. Este aspecto se le vincula una responsabilidad mayor, el control de la población mundial. Su educación evitará que la población siga multiplicándose a ritmos acelerados, con la demanda de recursos naturales –agua, tierra, energía- que se requieren.

El cambio climático, explica el politólogo estadounidense Gary Gardner, lo puede frenar la educación para las niñas, que “es la inversión menos costosa y más efectiva. Los países en los que las niñas no acceden a la educación primaria y secundaria cuentan con una alta tasa de crecimiento de la población y una alta fertilidad. La educación ayudará a reducir esa tasa de crecimiento”.

Las palabras de la directora ejecutiva del organismo de Mujeres de Naciones Unidas, Phumzile Mlambo-Ngcuka, son esclarecedoras: “Los estudios han demostrado que por cada año adicional de educación que reciban las mujeres, la mortalidad infantil desciende un 9.5 por ciento. La igualdad de oportunidades para acceder a recursos y servicios para las mujeres agricultoras aumentará la producción y erradicará el hambre de 150 millones de personas. 1.000 millones de mujeres entrarán en la economía mundial en la próxima década. Con igualdad de oportunidades, su impacto en nuestra futura prosperidad provocará un punto de inflexión global”.

Para ti, ¿cuál es el principal beneficio de cada vez haya más mujeres en el mundo que cuenten con educación?