Cumple 57 años Grupo Folclórico Universitario
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Arte y Cultura

Cumple 57 años Grupo Folclórico Universitario

Rumbo a sus seis décadas, se plantea publicar alguna investigación en torno a las danzas y la creación de un museo


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La historia del Grupo Folclórico Universitario se remonta a la década de los años 60 del siglo pasado, cuando un grupo de estudiantes de preparatoria desarrolla varias ramas del arte, como parte de su educación. Varios alumnos, inclinados por las danzas, especialmente de sus comunidades lograron conformar una asociación. Ese es el antecedente del Grupo Folclórico Universitario, que se funda el 13 de marzo de 1961 y es arropado por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).

Los 57 años de la fundación de este grupo serán festejados la tarde de este sábado 17 de marzo, en la capital del estado. A partir de las 16:00 horas, la celebración arranca con una calenda que parte de la explanada del Exconvento de Santo Domingo de Guzmán rumbo a la Plaza de la Danza. En este último sitio se ofrecerá un programa dancístico con varios bailes que se ejecutan durante las fiestas de Guelaguetza, y que recuerdan el periodo de 1962 a 1980, cuando el grupo representara la Danza de la Pluma y otras en los Lunes del Cerro, además de obras como el Bani Stui Gulal (en que se recreaba el origen y desarrollo de los Lunes del Cerro).

Jarabe del Valle, Sones y Jarabes de San Melchor Betaza, Sones Mazatecos, el Jarabe Mixteco, Sones del Istmo, Chilenas de San Pedro Pochutla y de Pinotepa Nacional, los bailes de Ejutla de Crespo y La Danza de la Pluma, entre otros, se presentarán en la Guelaguetza a cargo de más de 40 bailarines, a partir de las 17:00 horas. También habrá un número especial, en el que se presentarán los Sones de Alotepec, un baile de la Sierra Mixe.

“Este bailable de Santa María Alotepec es una creación que es parte de unos compañeros del Grupo Folclórico Universitario y que son de esa población; hicieron una investigación de la cual salió el bailable”, señala Wilbet Figueroa, director artístico, quien como otros integrantes se dedica a mostrar a las nuevas generaciones lo que él y sus compañeros aprendieron de otros profesores como parte del grupo.

En sus 57 años de existencia, el grupo se ha presentado en Cuba, Guatemala y otros países de Centroamérica, así como en Estados Unidos y Japón. Entre los años 1978 y 1983, el grupo tuvo “una época de oro y hacíamos recorridos que empezaban en (Ciudad de) México, seguían por Guadalajara, Sonora…”, recuerda Maricela Aguilar Torres (de la comisión artística).

Entre los planes rumbo a las seis décadas del grupo está la publicación de alguna de las investigaciones hechas sobre los bailes en las comunidades que han representado, además de la creación de un recinto en que se expongan los vestuarios y demás elementos reunidos en su trayectoria.

CONSERVAR LA ORIGINALIDAD Y SEGUIR LA TRADICIÓN

Rescatar, preservar y difundir las expresiones culturales del estado, a través de la danza, son los ejes que el grupo ha tratado de mantener en casi seis décadas de trabajo, señalan integrantes del mismo. Con años de experiencia ejecutando danzas en los Lunes del Cerro (de 1962 a 1980), el grupo plantea mantener las tradiciones que las comunidades han manifestado por medio de sus bailes, de ahí que —a diferencia de lo que han observado en las fiestas de Guelaguetza— consideren necesario conocer la historia y orígenes de las danzas, a fin de no hacer cambios que distan de lo “original”.

Alberto Campos Santiago, director general del grupo, dice que parte de su trabajo dancístico se basa en las investigaciones para conocer las costumbres y tradiciones de los pueblos y de esta manera representar los bailes en la ciudad de Oaxaca, sobre todo en los Lunes del Cerro. Ejemplo de ello ha sido la boda mixteco-zapoteca de Soyaltepec.

Para Campos Santiago, las tradiciones originales son de la comunidad, pero se sabe que en el transcurso del tiempo algunas cosas van cambiando. “Lo que hemos tratado es conservar esa tradición original, de cómo visten o portan el traje, de tal forma que eso se mantenga por generaciones”.
En las ediciones de los Lunes del Cerro, que en los meses de julio se desarrollan en la ciudad de Oaxaca, el director del grupo ha notado que algunas delegaciones hacen cambios en sus bailes o vestimenta, “y lo podemos ver con algunas delegaciones que antes traían huaraches y ahora zapatos, o antes eran sólo sones y ahora bailan polkas” (en el caso del Istmo).

Asimismo, que entre los problemas que percibe en estas actividades como parte de las fiestas de Guelaguetza es que se tiende a la comercialización de la cultura, haciendo del espectáculo un atractivo visual, pero sin atender al rescate de las tradiciones y costumbres originarias.

Maricela Aguilar, quien desde 1976 ha estado en varios periodos del grupo, dice que ahora ya no se da la oportunidad a la población de participar en los Lunes del Cerro, pues con la entrada de las casas de cultura los maestros de danza apuestan por lo que sea más atractivo. “Entonces se pelean con la población los bailes, le dan más vistosidad al estilizar; en pro de la competencia van creando un ambiente que no es real”.

EL GRUPO Y SU RELACIÓN CON LOS LUNES DEL CERRO

Desde 1961, el grupo ha atravesado varias etapas, una de ellas a raíz del movimiento universitario, en 1977, y a partir de la cual se dio una reestructuración, pues se buscó llevar la actividad a otras partes del estado y seguir con las investigaciones.

Sin embargo, antes, de 1962 al 1980, el Grupo Folclórico Universitario era el que representaba a las regiones en los Lunes del Cerro, y lo que tradicionalmente representaba era la Danza de la Pluma. Sin embargo, con el surgimiento de otros grupos folclóricos y las disputas por ser parte de la ahora conocida como la máxima fiesta de los oaxaqueños, se optó por dar lugar a las delegaciones de cada comunidad.

Como recoge Jesús Lizama en su libro La Guelaguetza en Oaxaca: fiesta, relaciones inter étnicas y procesos de construcción simbólica en el contexto urbano, la inclusión de las delegaciones de las comunidades no fue para que la fiesta “recuperara” su autenticidad, sino a la insistencia de varios grupos folclóricos por querer ser parte de los Lunes el Cerro. De ahí que el grupo universitario prefiriera salir, pues de esa forma ningún otro grupo podría ser parte del programa.

Tras la salida del grupo, en 1980, se fueron incluyendo (a partir de 1981), las delegaciones de Cuilápam de Guerrero, Zaachila, Teotitlán del Valle, Santa Ana del Valle, Tlacochahuaya, comunidades donde tradicionalmente se ejecuta la Danza de la Pluma.

Aunque salió de las fiestas de Guelaguetza, el Grupo Folclórico Universitario siguió sus presentaciones por varios estados del país, así como en Estados Unidos y otras partes del mundo.

Desde su reestructuración, señala el director, han visitado poblaciones alejadas o de difícil acceso, a fin de continuar con la investigación de los bailes y la representación de la Guelaguetza.


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