Cuando somos niños no nos preocupamos por nada, no existen las consecuencias ni los peligros. Da lo mismo utilizar zapatos, meterse comida sucia a la boca o escalar una pared sin protección.
Lamentablemente, por esta infantil valentía, ocurren en ocasiones muchas tragedias.
Recientemente se dio a conocer que Xavier Cunningham, un pequeño de 10 años, residente de Harrisonville, Misuri, sufrió el pasado sábado un aparatoso accidente que por poco le arrebata la vida.
El niño se encontraba escalando un tronco para intentar subir a su casita del árbol, cuando por error resbaló y cayó al pasto.
Para su mala fortuna, aterrizó sobre un pincho de carne que le atravesó la cabeza.
El pequeño fue trasladado de urgencia a un hospital donde luego de varios estudios los médicos descubrieron que increíblemente el metal no le tocó ojos, médula espinal, ni ningún vaso sanguíneo.
El periódico Kansas City Star, que recoge la noticia, dice que los médicos afirman que es un “milagro” que esté vivo después del percance sufrido.
Koji Ebersole, el director de Neurología Endovascular del sistema de salud de la Universidad de Kansas, relató el proceso para tratar al menor desde que llegó con el utensilio, que sobresalía medio metro de su cara, a través de un video publicado por la Universidad.
Después de sopesar varias opciones, el equipo médico pudo sacar con éxito el pincho y opinan que el menor podrá recuperarse por completo.
