Mamá y papá deben vigilar a sus gamers, ¿por qué?
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Mamá y papá deben vigilar a sus gamers, ¿por qué?

Padres de familia deben poner atención en la clasificación de los títulos que le compran a sus hijos


Mamá y papá deben vigilar a sus gamers, ¿por qué? | El Imparcial de Oaxaca

En los últimos meses ha crecido en México la preocupación acerca del acceso de niños y adolescentes a videojuegos no aptos para ellos, sobre todo aquellos relacionados con géneros como disparos, battle royale o guerra, y una forma para evitarlo es que los padres de familia pongan atención en la clasificación de los títulos que le compran a sus hijos.

En octubre del año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer el caso de unos jóvenes que fueron contactados por el crimen organizado a través de un videojuego en línea y, derivado de esto, lanzó un decálogo para garantizar la seguridad cuando se juega en internet.

A dicha iniciativa se suma que próximamente se lanzará una campaña para informar a la población sobre los riesgos de los videojuegos, ya sea por la adicción a éstos o como medio de reclutamiento de grupos delictivos.

Aunque quizá la propuesta más radical proviene de Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que pidió a senadores de Morena apoyar una propuesta para tipificar la venta a niños de títulos que realicen apología a la violencia y el delito o tengan contenido sobre consumo de drogas.

Para Fernando Esquivel, director de investigación de mercado en The Competitive Intelligence Unit, dicha propuesta es única en su tipo porque ningún otro país ha establecido algo similar.

En países de alto juego como Japón o EU no hay una regulación parecida, porque tienen una clasificación muy cuidada y dejan a los padres de familia el criterio para saber si se los compran o no. No hay algo tan exagerado”, aseguro.

Quizá China es el único país que ha tomado medidas más fuertes, pero sin criminalizar la comercialización de los videojuegos, ya que ha hecho que los servidores limiten a tres horas de juego.

La clasificación

El especialista recordó que la industria de los videojuegos, desde 1994, utiliza la clasificación establecida por la Entertainment Software Rating Board (ESRB) en Estados Unidos para determinar la edad a la que está dirigido un videojuego.

En un inicio dicho sistema separaba a los títulos en Early Childhood que ya fue retirado, Kids to Adults que fue renombrado como Everyone en 1998, Teen, Mature y Adults Only.

Todos los videojuegos que llegan a México tienen dicha clasificación que le indica a los padres de familia qué tan apto es para sus hijos y, a partir de 2021, el país contó con su propia regulación.

Esquivel detalló que el Sistema Mexicano de Equivalencias de Clasificación de Contenido de Videojuegos se aprobó en 2020, comenzó a aplicarse el año pasado y es muy similar a lo que ya hacía el ESRB.

Ahora los distribuidores deben colocar la clasificación en español, que va de A que es contenido para todo público hasta D que es contenido extremo y adulto en la parte inferior de la a contraportada o carátula reversa.

La nueva clasificación también destaca porque establece sanciones para los distribuidores que no coloquen la nueva clasificación y regulaciones como pedir la identificación al momento de comprar un juego de clasificación C o D.

Esquivel detalló que la clasificación mexicana únicamente aplica para las ventas físicas, ya que la compra de videojuegos en plataformas digitales no se ve impactada. Sin embargo, ésta sigue rigiéndose por la clasificación de EU para saber qué tipo de contenido tiene.

A lo que se añade que plataformas de streaming de videojuegos, como Google Stadia o Xbox, tienen controles parentales con los que se puede restringir el contenido en función de dicha clasificación, aunque puede ser vulnerada por los menores, y más si los padres no están atentos a que compran y con quién juegan en internet.

El director de investigación de mercado en The CIU consideró que los padres deben tomar un rol activo y estar pendientes, en lugar de “satanizar” una industria y establecer regulaciones duras.