No importaba las horas que durmiera, tanto si fueran las 8 horas recomendadas, amanecía con la “pila” baja. Llegaba al trabajo y en lo único en lo que podía pensar era en lo cargada que estaba mi agenda y en las tazas de café que tendría que tomar para mantenerme despierta, concentrarme y aguantar el ritmo en la oficina.
No entendía por qué siempre me sentía agotada hasta que decidí ir al médico, y tras varias consultas, por fin encontramos la causa: dormir con la luz encendida. ¡No lo podía creer!
Así que si eres de las que no toleras dormir con la luz apagada, piénsala dos veces. No solo podrías correr con mi suerte y sentirte cansada, sino experimentar.
Afecciones en el ciclo del sueño, estrés, depresión, cambios bruscos de estado de ánimo, problemas en la capacidad de aprendizaje y concentración, obesidad; a esta conclusión llegaron investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, tras hacer un estudio con ratones para medir su comportamiento, luego de hacer que durmieran con la luz encendida.
Y estos efectos también se manifiestan en los humanos cuando se tiene la costumbre de dormir con la luz prendida.
Por más miedo que le tengas a la oscuridad, opta por dormir con las luces apagadas, de lo contrario, podrías sentirte de la patada. ¡A dormir a oscuras desde hoy!
