Ciudad de México.- Para superar la desactualización que arrastra desde hace años la atención médica en el país, la Secretaría de Salud prevé modificar el tratamiento de 12 enfermedades, entre ellas hipertensión, diabetes, cáncer y males mentales.
Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, explicó que se hará algo similar a lo que ya aplicaron en el tratamiento del VIH.
“Hicimos una transformación profunda y el esquema de tratamiento de VIH en México es el mejor en la región de América, comparable al que tiene Europa occidental. Ese mismo cambio lo hicimos para Hepatitis C y Hemofilia”, aseguró en entrevista.
Explicó que los fármacos que se necesitan para estos nuevos esquemas son distintos a los que tradicionalmente se utilizan.
“México había estado desactualizado por muchos años en la calidad de su atención médica, porque no se había usado la mejor evidencia científica para hacer los protocolos de atención”, señaló.
El funcionario indicó que algunos medicamentos tradicionales son necesarios y seguirán en uso, pero, agregó, hay varios que serán sustituidos porque ya son obsoletos en el sentido de su eficacia o seguridad.
Detalló que la Ssa tiene contemplado un periodo de transición que termina en mayo para seguir usando las medicinas tradicionales, pero a la par se estarán implementando los nuevos esquemas de tratamiento.
“Esa implantación implica entrenar a los médicos. El Seguro Social ha calculado que para diabetes necesita entrenar a 30 mil médicos”, planteó.
En términos generales, dijo, la actualización significa que serán empleados medicamentos con menores número de dosis, es decir, en lugar de tomar tres pastillas, los pacientes tomarán una, por ejemplo.
Puntualizó que buscan una “triple optimización”, la cual consiste en tener los mejores tratamientos, que lleguen a un mayor número de personas y a su vez agrupar la demanda para optimizar los servicios.
“(Buscamos) que esos mejores medicamentos los use la mayoría de personas, no sólo en el tercer nivel de atención, sino también en la medicina comunitaria. Eso permite un tercer propósito, que es agrupar la demanda y en vez de comprar 100 piezas de un fármaco tenemos miles, decenas de centenas de miles que se pueden beneficiar”, planteó.
Esta medida además deriva en que los medicamentos más nuevos, que suelen ser más caros, reduzcan sus precios hasta 50 o 60 por ciento, estimó el funcionario.
Por su parte, Juan Ferrer, titular del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), afirmó que la dependencia también se dio a la tarea de renovar los protocolos de medicamentos para optimizar los servicios.
