La hipotensión postural es considerada una falla del sistema cardiovascular o del sistema nervioso para reaccionar adecuadamente ante cambios repentinos.
Sucede regularmente cuando te levantas después de haber estado sentado o en reposo.
La presión arterial baja y el cuerpo compensan esto enviando mensajes al corazón para latir más rápido.
La gravedad hace que la sangre se acumule en las piernas y el abdomen, disminuyendo la presión arterial debido a que circula menos sangre de regreso al corazón.
Síntomas de la hipotensión postural
-Sensación de aturdimiento o mareo al ponerse de pie
-Visión borrosa
-Debilidad
-Desmayo
-Confusión
Causas frecuentes
Los episodios pueden ser desencadenados por una leve deshidratación, bajo nivel de azúcar en sangre o calor excesivo.
-Deshidratación
-Problemas de corazón
-Problemas endocrinos
-Trastornos del sistema nervioso
-Después de la comida
La hipotensión de larga duración puede indicar una condición seria
Factores de riesgo de la hipotensión postural
En personas mayores de 65 años el riesgo incrementa debido a la dificultad del corazón para latir más rápido que se compensa con descensos de presión arterial.
También los medicamentos para tratar la presión arterial alta y enfermedades del corazón pueden ocasionarla.
Tratamientos para la enfermedad de Parkinson, antidepresivos, antipsicóticos, relajantes musculares, para la disfunción eréctil o narcóticos.
Asimismo la combinación de medicamentos para el control de presión arterial y otros medicamentos de venta libre.
Las enfermedades del corazón, trastornos del sistema nervioso, neuropatía y diabetes también representan factores de riesgo.
Durante el embarazo el sistema circulatorio se expande rápidamente por lo que la presión arterial baja ocasionando episodios de hipotensión postural.
Beber alcohol puede incrementar el riesgo de presentar hipotensión postural u ortostática.
Cuando los síntomas aparecen de forma ocasional no suelen representar problemas mayores.
No obstante, en caso de desmayo, aunque sea de unos pocos segundos, sí es necesario acudir con un médico.
Se recomienda llevar un registro de los síntomas: cuándo ocurrieron, cuánto duraron, si se presentan en momentos peligrosos como a la hora de manejar y acudir con un experto.