La experiencia de ir al cine, donde las palomitas, los refrescos y los dulces parecen desaparecer casi sin darnos cuenta, es un ejemplo cotidiano de lo que muchas personas viven debido a los trastornos alimentarios. Lo que comienza como una simple distracción se convierte en un ciclo de comer sin hambre, sin poder frenar la ingesta. Al final, la satisfacción se convierte en culpa, una sensación familiar para aquellos que padecen el trastorno por atracón, un problema que va más allá de la comida y a menudo pasa desapercibido.
EL TRASTORNO POR ATRACÓN
El trastorno por atracón es una condición grave y silenciosa que se caracteriza por episodios recurrentes de comer en exceso, en un corto periodo de tiempo, sin poder detenerse, lo que genera una sensación de pérdida de control.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, estos episodios suelen ir acompañados de culpa y angustia, pero quienes los sufren no recurren a conductas compensatorias como el vómito o el ejercicio excesivo. Lo que lo diferencia de otros trastornos alimentarios.
Por otra parte, el diagnóstico de esta condición, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), se establece cuando los episodios ocurren al menos una vez a la semana durante tres meses consecutivos.
AFECTA A VARIAS EDADES
Este trastorno afecta a personas de diversas edades, no se limita a un grupo específico, y suele ir acompañado de problemas emocionales como ansiedad, depresión y preocupaciones por la imagen corporal.
Además, las personas con diabetes tipo 2 y obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar este trastorno alimentario, lo que subraya la importancia de identificarlo a tiempo. Los pacientes con trastorno por atracón tienen hasta 13 veces más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, ya que durante los episodios de atracón, la ingesta calórica excesiva provoca efectos metabólicos perjudiciales como la resistencia a la insulina, entre otros.
EL TRATAMIENTO
El tratamiento del trastorno por atracón no busca simplemente la pérdida de peso, sino mejorar la relación de los pacientes con la comida y la salud emocional. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los enfoques más efectivos para tratar este trastorno, ayudando a los pacientes a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que desencadenan los episodios de atracón.
En algunos casos, también se puede recurrir a medicamentos para ayudar a controlar los impulsos y reducir la frecuencia de los episodios, pero siempre bajo la supervisión de profesionales de la salud.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Es fundamental que las personas que sufren de trastornos alimentarios busquen apoyo y no se auto-diagnostiquen. Si bien el tratamiento puede no conducir a una pérdida de peso inmediata, tiene el potencial de mejorar la calidad de vida y restaurar un equilibrio saludable con la comida. En este sentido, la atención psicológica adecuada es crucial para romper el ciclo de atracones y restaurar el bienestar emocional y físico de quienes enfrentan este problema.