La mañana de este viernes, visitantes y transeúntes del Centro Histórico de Oaxaca fueron testigos de una riña entre dos personas en situación de calle, uno de ellos con muletas, que utilizó como arma improvisada en un intento por golpear a su contrincante. El altercado provocó momentos de tensión en la zona turística de la Verde Antequera, donde algunos peatones estuvieron a punto de ser alcanzados por los golpes y empujones.
Pelea entre personas en situación de calle en el zócalo, ambos consumiendo bebidas alcohólicas.
Vía Jesús Santiago pic.twitter.com/ij8BzOPmqZ
— El Imparcial de Oaxaca (@ImparcialOaxaca) June 13, 2025
Los involucrados vestían ropa visiblemente sucia y deteriorada: uno portaba un pantalón negro, playera gris y camisa verde; el otro, una playera tipo Polo color crema, pantalón negro y las muletas que usó para amenazar.
Alcohol, marginación y falta de intervención institucional

Ambos sujetos se encontraban consumiendo bebidas alcohólicas en la vía pública, a plena luz del día y “quitados de la pena”, según testigos. La escena no es nueva, pero sí se ha vuelto más frecuente en las últimas semanas, desde que las autoridades ejecutaron el Operativo Pescador. Cuyo objetivo era desalojar a personas en situación de calle y adicciones de las inmediaciones del Mercado de Abasto.
Lejos de solucionar el problema, el operativo sólo desplazó a estas personas hacia el Centro Histórico, sin que exista un plan integral de atención o reinserción. Lo que antes era una problemática localizada, ahora se ha trasladado a una zona con mayor presencia turística, afectando la percepción de seguridad y convivencia.
¿Operativo fallido o simple reubicación del problema?
El Operativo Pescador fue anunciado como una medida para recuperar espacios públicos y mejorar la imagen urbana. Sin embargo, no se han dado a conocer resultados concretos ni acciones paralelas de asistencia social. Lo ocurrido este viernes revela que el problema de fondo—la pobreza extrema, la adicción y la exclusión—sigue intacto, y que lo único que ha cambiado es su ubicación geográfica.
En lugar de atención médica, albergues o programas de salud mental, la respuesta ha sido el desalojo y el desplazamiento, una medida que criminaliza la pobreza sin atender sus causas estructurales.
Un espejo del abandono social
La pelea entre estas dos personas, más que un escándalo aislado, debe entenderse como un reflejo de la desatención institucional hacia una población en abandono, invisibilizada y estigmatizada.
Por otra parte, la presencia constante de personas en situación de calle en el Centro de Oaxaca, consumiendo sustancias y enfrentando situaciones de violencia, requiere una política pública clara, coordinada y humanitaria.
Llamado a la acción, no a la indiferencia
Finalmente, la escena, captada en fotos y videos por curiosos, se viralizó brevemente en redes sociales, despertando reacciones divididas: desde la burla hasta la preocupación. Sin embargo, lo que sigue faltando es una respuesta seria de las autoridades: ni el municipio de Oaxaca de Juárez ni el gobierno estatal han presentado un proyecto de intervención social integral, ni han informado públicamente sobre seguimientos a los efectos del Operativo Pescador.
Si no se actúa con responsabilidad, lo que hoy es una riña anecdótica mañana puede escalar en violencia grave, en un espacio público que debería ser símbolo de encuentro, no de exclusión.
Con información de Jesús Santiago