Una noche de violencia estremeció a la comunidad de San Felipe Tejalápam, en los Valles Centrales de Oaxaca. Donde un grupo de pandilleros conocidos como “cholos”, atacó a tres personas con piedras y armas punzocortantes. Uno de ellos, identificado como Martín J.D., de aproximadamente 30 años, perdió la vida debido a la gravedad de las lesiones.
Los hechos ocurrieron la noche del 30 de marzo de 2025, cuando las víctimas salían de cenar de un establecimiento ubicado frente al palacio municipal, sobre la calle Independencia. Otros dos hombres —U.A.R. y J.J.M.— resultaron con heridas graves, tras ser agredidos sin provocación.
Pandilla señalada por múltiples hechos violentos en la zona
Vecinos y testigos denunciaron que los agresores pertenecen a una pandilla recurrentemente violenta, encabezada por un sujeto apodado “El Ura”, la cual ha sido señalada en otras ocasiones por actos de extorsión, cobro de piso y ataques a mano armada en la zona. Según versiones locales, la Policía Municipal ha tolerado o ignorado sus actividades, incluso a pesar de la existencia de cámaras de videovigilancia en el lugar de la agresión.
La falta de respuesta de las autoridades municipales genera sospechas de omisión deliberada o complicidad. Lo que ha permitido que el grupo delictivo continúe operando con total libertad.
Detienen a uno de los agresores; investigación sigue abierta
Tras los hechos, el Ministerio Público abrió una carpeta de investigación por homicidio calificado con ventaja y lesiones calificadas, logrando que un juez emitiera una orden de aprehensión contra uno de los presuntos responsables, A.A.C.A.
La detención fue ejecutada por agentes de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI). Quienes pusieron al acusado a disposición de la autoridad judicial para determinar su situación legal. La Fiscalía ha indicado que el caso sigue en investigación y que no se descartan más detenciones.
Vecinos viven bajo miedo constante: las autoridades municipales, ausentes
Para los habitantes de San Felipe Tejalápam, la detención de un solo integrante del grupo no representa un alivio. En entrevistas con medios locales, denunciaron que los ataques, extorsiones y amenazas continúan en varias calles, especialmente en la calle Ayuntamiento. Donde los pandilleros establecen “cobro de piso” por las noches, sin que ninguna autoridad actúe.
A pesar de contar con tecnología de vigilancia, la Policía Municipal brilla por su inacción. Con ello, alimentando la percepción de un estado paralelo de control ejercido por pandillas en zonas periféricas de Oaxaca.
Finalmente, la violencia en San Felipe Tejalápam no es solo un reflejo del crimen, sino de un vacío institucional alarmante. La pasividad —cuando no complicidad— de las autoridades locales frente a bandas como los “cholos” ha consolidado espacios de impunidad en donde ni la ley ni la seguridad están garantizadas. La detención de un presunto responsable es apenas un primer paso: sin una intervención profunda y sostenida, la población seguirá expuesta a la ley del más violento.