El titular de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), Bernardo Rodríguez Alamilla, informó que la intervención coordinada de las fuerzas estatales y federales que se llevó a cabo dentro de la Policía Municipal y el C-2 del municipio de Juchitán de Zaragoza, derivó de procesos de investigación e inteligencia que determinó que había elementos que estaban siendo utilizados para favorecer actividades delincuenciales.
Detalló que a la fecha los 218 elementos que laboran en la corporación se mantienen en calidad de concentrados, en tanto se lleva a cabo la revisión de sus armamentos y equipos tácticos, además, deberán de presentar las pruebas de control y confianza.
Rodríguez Alamilla expuso que también existen dos trabajadores detenidos, uno de los cuales estaba a cargo del Centro de Control y Comando (C2) donde se detectaron diversas anomalías como la conexión del sistema de monitoreo con otros equipos.
En el operativo que forma parte de la Operación Sable, participaron elementos de la Guardia Nacional, de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), la Secretaría de Marina y la Policía Estatal de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Oaxaca (SSPC), así como de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) de la fiscalía local.
El fiscal detalló que el proceso de revisión del equipamiento y la aplicación de los exámenes de control y confianza se desarrollará en un lapso de 60 días.
Según datos de la Fiscalía, desde el inicio de la Operación Sable se han detenido a 65 objetivos prioritarios y generadores de violencia en la región del Istmo, especialmente en el municipio de Juchitán que durante el 2024 se convirtió en el más violento de la entidad.