En un preocupante caso que evidencia la persistencia de la violencia de género en Oaxaca, un hombre identificado como M.E.R.G. fue vinculado a proceso penal por tentativa de feminicidio agravado y violencia de pareja, luego de haber agredido física y psicológicamente a su pareja en múltiples ocasiones en Santa Cruz Xoxocotlán. El ataque más grave ocurrió el pasado 16 de abril, cuando el agresor presuntamente intentó asfixiarla.
La víctima logró sobrevivir gracias a la intervención de una tercera persona que impidió que el acto se consumara. Sin embargo, la agresión dejó secuelas físicas visibles y afectaciones psicoemocionales que aún están siendo atendidas.
Violencia reiterada y escalada de agresiones
De acuerdo con lo registrado en el expediente penal, los hechos violentos no fueron aislados. Las agresiones verbales y físicas habrían comenzado semanas antes y se repitieron en diversas fechas durante abril. La investigación señala un patrón de violencia continua y un riesgo latente para la víctima, quien finalmente logró presentar una denuncia formal.
Los actos ocurrieron en el interior de un domicilio en Santa Cruz Xoxocotlán. Donde la mujer residía con el ahora imputado. Según los informes recabados, el episodio del 16 de abril marcó un punto de quiebre. Ya que el agresor habría intentado estrangular a su pareja., Lo que constituye tentativa de feminicidio.
Investigación y acción judicial oportuna
Tras la denuncia, se inició una investigación especializada en violencia contra mujeres. Las autoridades encargadas del caso reunieron pruebas sólidas que permitieron obtener una orden de aprehensión en contra de M.E.R.G.. Quien fue detenido y presentado ante un juez.
Durante la audiencia inicial, el juez valoró los elementos presentados por la parte acusadora y determinó la vinculación a proceso del imputado,. Además de imponer la medida cautelar de prisión preventiva justificada, con el objetivo de proteger a la víctima y garantizar el desarrollo adecuado del juicio.
La justicia aún enfrenta desafíos estructurales
Si bien este caso muestra una actuación judicial relativamente rápida, no deja de evidenciar el profundo problema de violencia estructural que enfrentan miles de mujeres en Oaxaca y en todo el país. Organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos han señalado repetidamente que los intentos de feminicidio son el último eslabón de una cadena de agresiones que muchas veces comienza con violencia verbal y psicológica. Y que rara vez se detiene sin intervención externa.
Además, señalan que la mayoría de los casos no llegan a juicio, y muchos menos a una sentencia condenatoria- Lo que genera impunidad y desconfianza hacia las instituciones encargadas de procurar justicia.
Un llamado a reforzar la prevención y protección
Este caso no solo exige justicia para la víctima, sino que también representa un llamado urgente a fortalecer las políticas públicas de prevención, protección y atención integral a mujeres víctimas de violencia. El entorno familiar, vecinal y comunitario sigue siendo clave para detectar señales tempranas de agresión y evitar que se repitan historias como esta.
Finalmente, el proceso judicial continúa, la víctima enfrenta un proceso de recuperación física y emocional que requerirá acompañamiento institucional, redes de apoyo y garantías reales de no repetición.