La tranquilidad de una familia fue interrumpida de forma violenta durante la madrugada del jueves. Cuando un hombre en aparente estado de ebriedad ingresó sin permiso a un domicilio ajeno y golpeó a una niña de aproximadamente 10 años en la cabeza, que no era su hija. Los hechos se suscitaron en la colonia Diana Laura, del municipio de Frontera, Coahuila.
El agresor, identificado como José “N”, fue detenido por elementos de la Policía Municipal alrededor de las 02:00 horas, dentro de la vivienda ubicada sobre la calle Domingo Iribarren Ibarra. Luego de que los padres de la menor solicitaron ayuda de emergencia al número 911.
“ENTRÓ Y LE PEGÓ EN LA CABEZA SIN RAZÓN”: PADRE DE LA MENOR
De acuerdo con el testimonio del padre, la familia se encontraba descansando cuando repentinamente el hombre entró sin autorización a su hogar y, de forma inexplicable, golpeó en la cabeza a su hija. Lo que provocó que la niña rompiera en llanto y generara una reacción inmediata de los padres.
“No lo conocíamos, nada más entró y le pegó en la cabeza a mi hija. Estábamos dormidos y fue un susto tremendo”, narró el padre de la menor.
El hecho provocó la indignación de vecinos, quienes salieron a auxiliar a la familia hasta que llegaron los elementos de seguridad y procedieron a la detención del sujeto. El cual presentaba visibles síntomas de intoxicación etílica.
GRAVE OMISIÓN SI NO SE ACTÚA CON RIGOR
La familia exige una sanción ejemplar contra el responsable. Además de que el caso no quede solo como una falta administrativa. Ya que, se trata de una agresión directa contra una menor de edad dentro del entorno que debería ser su refugio: su hogar.
Además, organizaciones en defensa de la niñez han señalado que hechos como este deben ser investigados con perspectiva de infancia. Y que el ingreso forzado a un domicilio, sumado a una agresión física a una niña, amerita una actuación firme del Ministerio Público.
La niña fue atendida por sus padres y, aunque el golpe no dejó lesiones graves, el impacto emocional y psicológico del suceso preocupa profundamente. Finalmente, el agresor permanece detenido a la espera de que se determine su situación legal.