Empleado de SAPAO muere al caer en un tanque de agua en Oaxaca
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Empleado de SAPAO muere al caer en un tanque de agua en Oaxaca

Empleado de SAPAO revisaba un pozo de rebombeo en el fraccionamiento Lomas de Sierra Juárez, en San Andrés Huayápam cuando ocurrió el accidente


Empleado de SAPAO muere al caer en un tanque de agua en Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

Un empleado de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO) falleció en las primeras horas de la madrugada luego de caer en el tanque del pozo de rebombeo del fraccionamiento Lomas de la Sierra Juárez perteneciente a San Andrés Huayápam.

Alrededor de la medianoche fue reportada al número de emergencia 911 la desaparición de Virgilio, quien se desempeñaba como encargado del control de nivel del tanque que se ubica en la carretera a Panteón Jardín, misma que es abastecida por un pozo profundo y suministra del líquido a gran parte de la ciudad.

Se estableció que antes de la medianoche Virgilio estuvo acompañado frente a las instalaciones del pozo, ya que platicaba amenamente.

Minutos después, el encargado del lugar recordó sus responsabilidades y con lámpara en mano partió para checar el nivel del agua en el tanque, para lo cual se dirigió a la esquina en donde está la entrada principal.

Los minutos pasaron y el empleado no volvió. Su compañero se preocupó y salió en su búsqueda. Caminó por los alrededores del tanque y no lo encontró.

Los gritos de “Virgilioooooo…” alertaron a un elemento policiaco de guardia cerca de las instalaciones y acudió para auxiliar en la búsqueda.

Al no encontrarlo pidieron ayuda a corporaciones locales y cuerpos de socorro, arribando al lugar efectivos de la Policía Municipal de San Andrés Huayápam para resguardar la zona.

También llegó personal de la dependencia para tomar conocimiento de lo ocurrido.

Elementos del Cuerpo de Bomberos se unieron a la búsqueda, pero debido a lo turbio del agua indicaron que era necesario el equipo de buceo.

Luego de unos minutos, llegaron expertos en rescate acuático dependiente del Cuerpo de Bomberos y la vocación de servicio pudo más que el frio que calaba los huesos. El buzo se puso el equipo y se sumergió al agua para cumplir con la misión encomendada.

Un paramédico estaba cerca de él, otros más controlaban los movimientos del buzo en el interior de la cisterna, mientras empleados abrían las válvulas para aminorar el nivel del agua. Uno de sus compañeros mantenía la mano en el mentón mientras con la otra sostenía un cigarro que se consumía sin llevarlo a la boca. La situación era tensa.

Compañeros de Virgilio no habían perdido detalle, recordaron que siempre acostumbraba traer un cigarro en la oreja.

Contaron que al asomarse se percataron que el cigarro que llevaba flotaba en el tanque y de ello dedujeron que él también había caído al agua.

Uno de ellos se asomó al tanque y divisó una luz, pensando que era el celular de su compañero de inmediato alertó a los Bomberos.

A través de la cuerda que controlaba los movimientos del buzo éste fue informado de la situación y la experiencia que lo avala hizo que saliera a flote para ver de qué se trataba la luz observada casi a la mitad del tanque.

Era una lámpara de color negro tipo sumergible de leds que aún permanecía encendida, informó después a los socorristas, por lo que presumieron que era del empleado desparecido, misma que utilizaba para alumbrarse por las noches.

Los minutos pasaron, el frio arreciaba y quienes estaban en el lugar se cambiaban de posición y miraban atentos la situación.

Un par de horas de intensa labor que el cuerpo fue encontrado y rescatado por los socorristas, quienes al valorarlo informaron que Virgilio había fallecido.

Lo sacaron a la superficie para esperar a los agentes estatales de investigaciones luego de dar el aviso a la autoridad ministerial.

Tanto los agentes investigadores como peritos de distintas especialidades participaron en la inspección ocular, después el cuerpo fue trasladado al anfiteatro de la ciudad en donde un experto en medicina legal determinaría la causa de la muerte luego de practicar la necrocirugía.

Los compañeros de Virgilio informaron que ése tenía 51 años de edad y era vecino de esa zona, confirmando que se desempeñaba como empleado de la dependencia.

Comentaron entre ellos que Virgilio momentos antes había estado tomando, sin embargo, serán los peritos en la materia quienes lo determinen.

Encargados indicaron que al ocurrir el incidente el tanque se hallaba a su máxima capacidad, lo que los obligó a vaciarlo.

Se esperaba que familiares de Virgilio acudieran a las oficinas ministeriales para realizar la identificación legal del cadáver y reclamaran su devolución para poderle dar piadosa sepultura.

 


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