Cambiaban una llanta cuando un volteó los embistió en Soyaltepec, Oaxaca

Un mecánico y un campesino que cambiaban la llanta de una motocicleta, en límites de Oaxaca y Veracruz, en jurisdicción de Soyaltepec, murieron luego de ser arrollados por un camión de volteo, es por ello que elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), han dado inicio a una indagatoria para establecer la identidad del probable responsable.

Trascendió que, los occisos se llamaron, Pablo Francisco Dionisio, de 28 años de edad, de ocupación mecánico, con domicilio conocido en la comunidad La Reformita de San Miguel Soyaltepec, Oaxaca; así como Pedro José Cayetano, de 21 años, de ocupación campesino, con domicilio en Plan de Allende municipio de Tres Valles, Veracruz.

En los primeros informes, se establece que, Pablo y Pedro viajaban a bordo de una motocicleta sobre la Carretera Federal, Tuxtepec-Veracruz.

Fue a 10 metros de la colindancia de Oaxaca con Veracruz, precisamente antes del río Amapa, a los dos amigos se les pinchó una llanta.

Debido al desperfecto, ambos descendieron del vehículo y comenzaron con maniobras para reparar la llanta.

Para su mala fortuna, en ese momento, un camión de volteo que transportaba material y que pasaba por el sitio los embistió, es por ello que quedaron malheridos a orilla de carretera.

Tras el incidente, el chofer volcó metros después, por lo que dejó abandonada la pesada unidad y se dio a la fuga.

 Personas que pasaban por el sitio, de inmediato solicitaron ayuda, es por ello que al lugar arribaron elementos municipales y paramédicos, mismos que confirmaron el deceso de los dos jóvenes.

Elementos de la AEI fueron quienes se hicieron cargo del levantamiento y traslado de los cuerpos al descanso municipal para la práctica de la necropsia de ley.

Del caso, un fiscal del Ministerio Público adscrito a la vicefiscalía General del Estado de la región Papaloapan, dio inicio a una carpeta de investigación en contra de quien o quienes resulten responsables del delito de homicidio culposo.

Mientras tanto se esperaba que los cuerpos de las víctimas fueran reconocidos y reclamados de manera formal por sus familiares más cercanos, para darle una sepultura digna, de acuerdo a sus creencias.