Pasó casi un lustro para que la CDMX se viera alterada nuevamente con un atentado en contra de personajes políticos del gobierno citadino.
En aquel entonces el hoy secretario de Seguridad Ciudadana federal, Omar García Harfuch, tenía esa misma responsabilidad en la capital del país, cuando un comando con armas de alto poder atentó en su contra, saliendo librado, pero con víctimas inocentes. La gravedad del tema dejó un sentimiento de vulnerabilidad entre los habitantes de la CDMX, sobre lo expuesta que está la ciudadanía y sus autoridades a esos niveles de violencia.
Entonces se decía que la capital del país, a diferencia de otras entidades del país gozaba de seguridad, con todo y que grupos delincuenciales como la Unión Tepito y la Antiunión se hacían presentes.
Hoy nuevamente esa zozobra de los capitalinos se exalta y la preocupación asoma en sus rostros con el asesinato a mansalva de dos figuras cercanas al entorno de la jefa de Gobierno, Clara Brugada.
La secretaría particular y el asesor de Brugada fueron ejecutados a plena luz del día y en una de las vías más transitadas de la capital del país.
Los asesinos conocían de sus movimientos, ya que sabían que Ximena Guzmán pasaría por José Muñoz en ese lugar exacto y esperaron ese momento para actuar con rapidez.
Ninguno de los dos sobrevivió a un ataque tan eficaz, donde como viene sucediendo desde hace muchos años, las motocicletas son el vehículo usado para llegar y escapar.
El poco control que existe sobre esos vehículos de dos ruedas sirve como medio de escape, sin importar que la unidad quede botada a medio camino, ya que, regularmente, son robadas.
Los dos personajes ejecutados eran de la total confianza de Clara Brugada, ya que venían trabajando con ella desde hace más de una década y la acompañan en su trayectoria política.
Qué fue lo que sucedió o porqué fueron ejecutados, eso corresponda a la fiscalía de Bertha Alcalde, aunque versiones y rumores se soltaron al por mayor, es mejor esperar las investigaciones y ver si está conducen hacía la realidad del tema o es archivado como han sido la mayoría de casos parecidos.
Sin embargo, lo ocurrido en la Av. Tlalpan deja en claro la vulnerabilidad de la población ante los embates del crimen organizado y la penetración de los grupos delincuenciales en todo el territorio nacional.
Lejos estamos en la capital del país de los horrores de lo que sucede en Guanajuato, Sinaloa, Jalisco y Tabasco, entre otras entidades en donde no solamente masacran a sus pobladores, sino que llegan a quemar sus cuerpos. La capital del país ha estado al margen de todo esto, con algunas excepciones, pero no como constante.
¿Será que esto es solamente un aviso de lo que puede ocurrir en un futuro no muy lejano, si la autoridad no actúa con celeridad?
