Olvido presidencial
Así como ha sido desde su toma de posesión, el presidente de Estados Unidos ha sido en centro de la atención de todo el orbe en este par de semanas que lleva apenas en el cargo; y es que meses antes de su llegada a la Casa Blanca su discurso ha sido una constante de declaraciones mordaces y amenazantes para cuanto país se le cruce frente.
Sin embargo, este hombre (a pesar de todos los pesares) está desarrollando una estrategia para amedrentar al mundo con las amenazas de cero tolerancia a ciertos temas, ensañándose con México, pues es su vecino del sur; y así como con nuestro país, lo hace también con cada país donde tiene intereses y vaya que son innumerables.
Una potencia como lo fue Estados Unidos durante años desde antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, se niega a dejar su puesto a países que están disputando esa hegemonía global y desde ahora comienza a resistirse a su final.
Desde ayer entró en vigor el cobro de aranceles indiscriminado de un 25% a las importaciones provenientes de México y de Canadá, argumentando que ambos países han obtenido ventajas desleales en el comercio bilateral.
Lo anterior fue anunciado en la Oficina Oval, ahí, Trump justificó la medida con tres principales razones: la inmigración ilegal, el tráfico de drogas y el persistente déficit comercial de Estados Unidos con sus vecinos.
El mandatario sostuvo que la medida es necesaria para corregir los desequilibrios comerciales y proteger a los trabajadores estadounidenses. “Tenemos déficits muy grandes con esos países”, enfatizó, sugiriendo que los aranceles podrían aumentar si México y Canadá no responden de manera favorable a sus exigencias.
Los aranceles del 25% hacia México son una represalia del Gobierno de Donald Trump al menos hasta que el país cumpla con sus condiciones en materia migratoria, de comercio y de seguridad.
Trump señaló que el principal motivo es “la gente que ha llegado a nuestro país de forma tan horrible y tan numerosa”. Y si bien el mandatario no se refiere necesariamente a los mexicanos que han ingresado a Estados Unidos, sí ha exigido el cierre de la frontera sur.
Además, desde su campaña ha dicho que las personas migrantes que llegan a Estados Unidos son, en su mayoría, delincuentes o personas que escaparon de centros psiquiátricos, y que los países latinos, asiáticos o africanos de los que han salido las personas migrantes, se han beneficiado.
A lo largo de los meses, Trump ha modulado este discurso, y ha dicho que a través de las fronteras con México y Canadá es que entran personas de todo el mundo a Estados Unidos.
Habrá que recordarle a Donald Trump que son los migrantes quienes sacan adelante una parte importante de la economía de su país, son los migrantes los que han formado ese país que hoy quiere seguir ejerciendo el poder hegemónico global que se le escapa de las manos con rumbos inéditos aún; hay que recordarle también, porque parece que él ya se olvidó de que sus padres fueron inmigrantes y que él está casado con una inmigrante, que sus anteriores mujeres lo son también. Hay que recordarle que el fenómeno migrante es inherente al ser humano desde que apareció sobre la faz de la Tierra. Asimismo, habrá que recordarle que quienes comenzaron con el tema de llevar trabajadores mexicanos a Estados Unidos fueron sus antecesores con el “programa bracero” en la época en que ellos “los blancos” enviaron a “los negros” al frente de batalla para pelear en guerras que les hicieron creer que eran suyas. Todo ello ya se le olvidó, él mismo ha tenido pan en su mesa y muchos otros satisfactores más, gracias al esfuerzo de esos migrantes que hoy mira con desprecio, con inhumanidad.
Otro de los temas en los que condicionó a México fue el del fentanilo, ya que dijo es necesario que existan resultados respecto a la contención de la entrada de la droga sintética, misma que mata a cerca de 100 mil personas al año.
Donald Trump dijo al momento de catalogar a los cárteles de droga como organizaciones criminales que era necesario combatir la inseguridad, y con ello prevenir el ingreso de la droga, tema en el que también relaciona a China, ya que desde el gobierno de Joe Biden se ha acusado que los precursores provienen de allá.
Este también es un tema de olvido o de desconocimiento de parte del presidente de Estados Unidos, ya que el asunto de las drogas obedece a un equilibrio en el mercado: allá hay demanda (consumidores) aquí hay oferta (vendedores) y con lo anterior no justifico la existencia, la tolerancia ni mucho menos el consumo del veneno que está matando tanta gente, pues no hay manera de justificar esas acciones de los criminales de las drogas, mucho menos la tolerancia de las autoridades. Yo haría eco de lo que vi en redes en días pasados, en un cartel en el que se leía: “dejen de surtir la droga a los Estados Unidos por un mes y veremos quiénes son los que van a querer cruzar el muro”.
Finalmente, Trump aseguró que hay “subsidios masivos” que Estados Unidos ha brindado a México y Canadá, por lo que hay un déficit en la relación comercial. Abundó al decir que “no necesitamos los productos que ellos tienen. Tenemos todo el petróleo que necesitamos. Tenemos todos los árboles que necesitamos”, esto último en referencia a la relación comercial que se tiene con Canadá.
Respecto a México, ha criticado que el país les ganó la industria automotriz, y dijo que era una amenaza la llegada de fábricas de autos chinos. Incluso Elon Musk, uno de sus principales aliados, suspendió la planta de Tesla anunciada en Monterrey, Nuevo León, debido a que no tendría sentido instalarse en caso de que existan aranceles de hasta el 100 por ciento a los vehículos, como Trump ha amenazado en el pasado.
La respuesta del gobierno mexicano a estos embates estadounidenses deberá ser firme y certera para dejar claro al gobierno de Trump que no será fácil doblegar a su vecino del sur; lo que hará Canadá depende en absoluto de los canadienses. Veremos las acciones de México al respecto.