El ser humano es bueno por naturaleza
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Toltecáyotl

El ser humano es bueno por naturaleza

 


Es muy común escuchar afirmaciones como estas: “los seres humanos estamos destruyendo el planeta, el ser humano es político por naturaleza, el ser humano es ambicioso por naturaleza”, etc. Sin embargo, pensando sobre estas señaladas “naturalezas” del ser humano, llegó a la conclusión que no son ciertas. O, dicho de otra manera, podría estar de acuerdo en ese tipo de afirmaciones, si se especificara “el ser humano moderno, eurocéntrico, occidentalizado, colonizador”, si puede ser así, pero no es su naturaleza, sino la cultura y el medio en el que nació y se formó.

La civilización occidental es una civilización de muerte. En menos de cinco siglos ha extinguido culturas enteras, ha puesto en peligro a muchos pueblos con hambrunas, enfermedades como el ébola o el Sida,  ha extinguido miles de especies animales y vegetales, y ahora, con el calentamiento global, atenta contra el propio planeta. Pero, el ser humano, durante milenios antes de 1492, en general, no fue así. No pretendo decir de manera ingenua y maniquea, que unos son los malos y otros los buenos. Pero lo cierto es que, han existido antiquísimas civilizaciones que la ciencia occidental no reconoce, pero estas civilizaciones existieron hace decenas o cientos de miles de años antes que la humanidad en la que hoy vivimos.

Y todas estas civilizaciones desconocidas y las antiguas reconocidas, nunca pusieron en peligro la vida en el planeta como la civilización occidental. El ser humano moderno es un ser económico, productor, consumidor, individualista, belicoso, explotador y poco espiritual y nada comunitario. No es culpa de él. Tampoco es su naturaleza, es el sistema, los valores, los principios, actitudes y percepciones que se le han impuesto en el seno de su familia, en la escuela, en los medios masivos, en los templos, en el trabajo, en el esparcimiento. Todo esto auspiciado y generado por la iniciativa privada y los gobiernos de los países de Occidente y su periferia occidentalizada colonizada. Pero no porque sea su naturaleza el ser competitivo, agresivo y abusivo. 

El sistema en el que hoy vive el mundo moderno, fue creado por los dueños del dinero en Europa, eso debe quedarnos muy claro, no fue un proceso espontáneo y cultural, fue una iniciativa económica-política de unos cuantos, que decidieron crear un nuevo orden mundial y derrocar a la nobleza e imponer la sagrada libertad individual de enriquecerse y explotar a los demás seres humanos sin compasión, en el entendido que los más fuertes e inteligentes son los designados, por la selección natural, a tener el poder de Wall Street y el Banco privado de la Reserva Federal. En este nuevo orden mundial en el que vivimos, la obtención del dinero es el fin supremo de la existencia. El logro que trasciende la vida. Los banqueros diseñaron “su democracia”, para dividir y enfrentar permanentemente a los pueblos y nulificar su potencial. Crearon sus leyes y su Estado de Derecho, para defender sus intereses y su poder de las masas y de los pobres (como en México el Juez Juan Pablo Gómez Fierro), e impusieron valores y principios para que los seres humanos seamos caníbales de nosotros mismos, y percibamos a los dueños del dinero como los líderes sociales y el Mercado como la creación más avanzada de la humanidad. Los resultados lamentablemente los estamos viviendo, sabedores que, de esta manera, no tenemos más de 50 años de vida como civilización.

Analizando con mayor atención a los pueblos antiguos del mundo, no, por supuesto, a través de National Geographic, que es una institución eurocéntrica racista y colonialista, y que hace temerarias afirmaciones con una pretensión de pseudociencia. Pero si tratamos de conocer a los milenarios pueblos del planeta con otros ojos, de mucho respeto y admiración, la percepción del ser humano puede cambiar diametralmente. Por ejemplo, los pueblos nómadas del desierto del Norte de África, los mongoles de las estepas de Mongolia o los pueblos del Amazonas. En general sus valores y principios sobre la vida, el respeto, la verdad, la familia, el trabajo, la solidaridad y la fraternidad, son muy parecidos. Pueblos que tienen miles de años de vivir en armonía con la naturaleza, y que es, justamente, su cultura y la sabiduría que ella posee, la que les ha permitido mantener la vida. 

El ser humano esencialmente es bueno. Lo que determina sus conductas, sus sentimientos y su pensamiento, es, indudablemente el medio ambiente en el que se forma y desarrolla. En Oaxaca, con sus 570 municipios, el porcentaje más alto de delitos cometidos, se da en las 37 cabeceras distritales, es decir, en poblaciones que sufren los problemas de “la modernidad” y en donde en gran medida, se han perdido las tradiciones, fiestas, usos y costumbres de su cultura ancestral. En general, estas comunidades pretenden ser “modernas”, para funcionar como centros comerciales, políticos y educativos, cabeza de playa de la destrucción de una forma de vida y los valores ancestrales que le dan cuerpo. Los seres humanos en esencia somos buenos. Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del mañana. www.toltecayotl.org