Remedio ancestral para la pandemia
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Remedio ancestral para la pandemia

 


El día viernes, tuve el honor de ser entrevistado por la Radio Comunitaria Ayuujk, de Tlahuitoltepec, Mixes. El tema era, cómo enfrentar la pandemia desde la comunidad. Me remonté a la invasión española, para hablar de las pandemias. Recordé los terribles estragos que hizo la viruela entre los pueblos nahuas del altiplano en 1520. Y hablé de lo sanos que eran los anahuacas por su excelente alimentación y medidas higiénicas. Sin necesidad de farmacéuticas extranjeras, los abuelos lograron superar la crisis. Después llegó la del sarampión y otras más, pero la salud física de nuestra gente era excelente. 

Sin embargo, les comenté a los radioescuchas Ayuujk, que en esos mismos tiempos llegó la peor pandemia que nos ha azotado y que lleva más de cinco siglos, creando grandes males y con dolorosos resultados. Me refería a la pandemia de la colonización mental y espiritual, que nos ha dejado pobres, ignorantes, malinchistas, inseguros y sin valores. 

Cuando una persona es colonizada, se vuelve un colonizado-colonizador de su propio pueblo, un conquistado-conquistador, aspira ser como Hernán Cortés, y por tal, piensa, siente y actúa como tal. Desprecia lo propio y exalta lo ajeno. Le da vergüenza ser moreno y gasta dinero tercamente en cremas bloqueadoras y tintes de cabello. Se siente inferior y actúa como un ser inferior. Se torna inseguro y violento, brabucón y servil, cobarde y pendenciero.

La colonización mental y espiritual, es una pandemia que ataca el cerebro y el corazón. El colonizador, desde Hernán Cortés o Carlos Slim, la usan para dividir y enfrentar, para enriquecerse. Esta pandemia llamada colonización se basa en tres dogmas y cinco estrategias. Los dogmas son: primero, los nativos descubiertos no tienen alma, en tal sentido son animales, por ser animales no tienen derechos ni propiedades y todo lo que existe en estas nuevas tierras es de los invasores. El segundo dogma es: los nativos descubiertos son salvajes, violentos y peligrosos, por ser caníbales y guerreros, por tanto, el invasor tiene la obligación de “pacificarlos”, si es necesario, con el uso de las armas. Tercer dogma, los nativos descubiertos son demoniacos e idólatras, por lo tanto, el colonizador se ve obligado a rescatarlo de las garras del demonio a través de la evangelización y la destrucción de sus espiritualidades, tradiciones, fiestas y costumbres demoniacas.

Las cinco estrategias son, amputarles cinco elementos culturales: quitarles sus idiomas, borrarles su memoria histórica, despojarlos de sus conocimientos, quitarles los espacios para dejarlos en el aire sin raíz, y finalmente, prohibirles su espiritualidad e imponerles a sangre y fuego la religión católica. Con esta estrategia y sin estos elementos culturales los individuos y los pueblos quedan: mudos, amnésicos, estúpidos, sin raíz y sin espiritualidad; es decir, los hacen polvo, esclavos ignorantes de sí mismos, impotentes y siempre vencidos. Cooperantes siempre de sus amos.

Les decía a los radioescuchas que la forma de rechazar las pandemias, es recuperar y fortalecer la historia, cultura y saberes comunitarios. Volver a alimentarse como en el pasado, dejar de consumir comida procesada, de granja industrial y con químicos. Volver a las ancestrales prácticas de la salud comunitaria Ayuujk, tanto físicas como emocionales y espirituales. Refrendar y fortalecer los valores y principios de la educación familiar, comunitaria y cultural Ayuujk, para humanizarnos y protegernos de los bichos. Avivar y fortalecer la milenaria democracia participativa de la Asamblea, el mandar obedeciendo, el tequio, el servicio, el bien común sobre el interés personal, para fortalecer a la comunidad en contra de los apetitos voraces de los intereses económicos y políticos externos.

Debemos estar conscientes de que el Covit 19, es la primera de otras pandemias que están por venir. Los dueños globales del dinero quieren que vivan en la Tierra, solo quinientos millones de personas y ya echaron a andar su plan para lograrlo.

Son las culturas ancestrales, las formas de vida, sus valores y principios de los pueblos antiguos del planeta, los que nos pueden enseñar el camino para enfrentar este desafío de nuestros tiempos, ante el derrumbe de la civilización occidental. Oaxaca es la reserva espiritual de México, lo es, porque en sus 16 pueblos ancestrales se guarda todavía, en sus tradiciones, fiestas, usos y costumbres, esta riqueza humana de sabiduría. 

El Covid es una pandemia que ataca al cuerpo. La colonización es una pandemia que ataca el alma y el espíritu. Necesitamos recobrar el potencial de la fuerza espiritual de nuestra civilización milenaria. Anáhuac Toltecáyotl. Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. www.toltecayotl.org