El tesoro oculto de México
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El tesoro oculto de México

 


Una historia que pareciera increíble, pero que es cierta, y que puede cambiar la situación de los habitantes de este país y de la nación misma. Resulta que don Porfirio Díaz en 1886, depositó en la banca europea cinco millones de pesos oro, como un fondo para los pueblos indígenas de México, y este fondo ahora cuenta con 822 BILLONES de pesos, pero ha creado intereses por 24 BILLONES, de los que se pueden disponer. El Sr. Mauricio Montero Lucero, miembro del pueblo anahuaca Pápago, es el Representante Común y Agente Liquidador del Fondo, quien ha enfrentado todas las dificultades inimaginables por traer ese dinero a los pueblos anahuacas, porque la burocracia, desde presidentes hasta achichincles ha tratado de robarse el Fondo. El dinero del fondo y sus intereses son para los pueblos anahuacas de la nación, así lo dejó estipulado Porfirio Díaz, pero fuerzas oscuras no quieren que ese dinero llegue a los más pobres entre los pobres. Lo invitamos a que investigue esta interesante historia.

Pero el punto de esta entrega, amable lector, es que existe, “otro tesoro oculto”, mucho más profundo, más importante y mucho más poderoso que recuperar, y que representa el mayor potencial de los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos de la Civilización del Anáhuac, una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad y la que, alcanzó, el más alto grado de bienestar y armonía para todos sus hijos. Nos referimos a la Memoria Histórica y la Identidad Cultural Ancestral, la cual ha sido suprimida y desconectada de la conciencia del pueblo, en un macabro proceso necrófilo de carácter colonizador, para someter, esclavizar y explotar a los anahuacas. 

En efecto, el Estado mexicano, desde 1824, se dedica de manera sistemática y con todos los recursos a su disposición, a través de los tres poderes y los tres niveles de gobierno, de que el pueblo no recupere su memoria histórica y su identidad cultural ancestral, que sea un ignorante de sí mismo. Esta lobotomía representa un crimen de lesa humanidad, que pronto tendrá que ser demandada en la Corte Internacional de Justicia en la Haya, porque, tal vez, sea un mayor crimen quitarle la conciencia de ser a una persona, que quitarle la vida. Porque una vida sin conciencia es el infierno más temido en la tierra. 

Bástenos analizar el sufrimiento de la mayoría de los llamados mexicanos, que han sido excluidos por los extranjeros y sus hijos avecindados desde siglos atrás en el Anáhuac, de las oportunidades de una vida mejor, con una pobre alimentación, una pésima salud, una inútil educación y sin poderse organizar para exigir sus derechos más esenciales. Los pobres en México, jamás podrán dejar de ser pobres, hagan lo que hagan, así lo estipula el sistema neocolonial.

La forma de explotar a un pueblo, de exprimirlo y someterlo a la pobreza extrema durante siglos enteros, es quitándoles todo cuanto tienen, tierras, aguas, recursos, dignidad y conciencia, haciendo ricos a los abusivos y corruptos, es volviéndose amnésicos de sí mismos, que no sepan de dónde vienen, quiénes fueron sus antepasados, cuáles fueron sus logros y alcances, quienes en verdad son ellos, y quienes quieren ser y a dónde ir. 

Esta lobotomía aplicada a los hijos de los hijos de la Civilización Madre es un terrible crimen de lesa humanidad. Los poderosos económica y políticamente, no permiten que el pueblo recupere su memoria histórica y su identidad cultural ancestral, porque de hacerlo, se perderá la oportunidad de seguir explotando a un pueblo zombi, indefenso y pasivo.  

China es un ejemplo. Tan antiguo como el Anáhuac, hace 70 años era una de las naciones más pobres y corruptas del mundo, explotada y expoliada por las potencias extranjeras. Pero en muy poco tiempo, recuperó su conciencia y dignidad de ser una civilización antigua, sabia y poderosa. Hoy se sabe que el siglo XXI será del dragón, pero detrás de él, viene la India, nación coetánea y civilización antigua con origen autónomo como nosotros.

Ese gran tesoro, que nos está esperando para cambiar nuestro futuro personal, familiar y comunitario, está en lo más profundo de nuestro ser. En nuestra conciencia adormecida por los procesos esbirros de colonización y la enajenación. Ese tesoro está vivo y vigente en nuestro banco genético de información cultural. Requiere entablar una feroz Batalla Florida en nuestro corazón y en nuestra mente. Requiere de un intento inflexible y sostenido, para quitar quinientos años de mentiras y calumnias, verdades a medias, mitos y fantasías de los invasores y sus descendientes culturales e ideológicos, que siguen sistemáticamente colonizando al pueblo desde la SEP, el INAH, la televisión, la radio, las editoriales; y la cultura popular del colonizador-colonizado, llena de racismo, clasismo e ignorancia, que usamos en el día a día de nuestra vida neocolonial.

Ese tesoro es de usted, amable lector, necesitamos desaprender lo aprendido y reconstruir en plena libertad y conciencia, una nueva forma de percibirnos a nosotros mismos, al mundo y la vida. Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. www.toltecayotl.org