Históricamente inferiores
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Históricamente inferiores

 


El comentario que hizo la senadora Lilly Téllez, sobre que, “lo que necesita México, no es un homenaje a las tradiciones, es la idealización de la ignorancia, México necesita ciencia, no superchería”, en una crítica que le hace al presidente por realizar una ceremonia el dos de noviembre en el Palacio Nacional, en el Día de los Ancestros. Resulta una imagen fiel de la realidad colonial, racista y clasista que vive el país. Otro personaje, de la misma calaña es Lorenzo Córdoba, evidenciado por la visión que tiene de un gran porcentaje de electores, a los que desprecia y piensa inferiores, por ser “indios” y no poseer la cultura neocolonial, eurocéntrica, occidentalizada. 

Porque, no solo los miembros del PAN, criollos de casta divina, son racistas, sino en general, una parte del pueblo mestizo desculturizado occidentalizado, gracias a la SEP, el INAH, las televisoras y radiodifusoras, piensan exactamente igual, se creen descendientes de Maximiliano de Habsburgo. Como los llamó Bonfil Batalla, “los indios desindianizados”, por la ignorancia de sí mismos, la modernidad y el tratar de ser lo que nunca serán, despreciando lo propio y exaltando lo ajeno. 

Este sentido de “inferioridad histórica”, nace justamente en el periodo Colonial, en el seno de la cultura criolla. Los españoles nacidos en el Anáhuac, en el periodo colonial, fueron gente de segundo nivel, comenzando con los hijos de Cortés. En efecto, el síndrome de Cortés, lo llevan cargando como una cruz, los extranjeros nacidos en el Anáhuac. Cortés fue despojado de su poder y riqueza, porque al saberse que ordenó la ejecución de Fray Juan de Tecto, junto con Cuauhtémoc, por oponerse, ya que Cuauhtémoc era considerado “un rey”, y un plebeyo no podía asesinarlo. Tecto amenazó a Cortés con denunciarlo ante la corona, pues el rey Carlos V, lo había enviado a espiar a Cortés, para darle la información precisa de sus actos. Por esta razón cayó de la gracia de la corona y más tarde se supo que pensaba traicionar a la corona y proclamarse rey del Anáhuac, sino no lo nombraban Virrey. Por estas razones se le llamó a España, se le instauró el segundo juicio de residencia y se le prohibió volver al Virreinato, y no escribir sobre sus supuestas aventuras. 

Algunos compañeros de la invasión, un grupo de amigos y sus dos hijos preparaban una conspiración en contra de la corona. Al ser descubiertos, todos fueron ejecutados, menos los dos hijos, que fueron enviados a España. El resentimiento de que a los conquistadores no se les hacía justicia, así como, que en el sistema de castas eran de segunda y no podían ocupar los más altos puestos en el gobierno, el ejército y en la iglesia, aumentaron el sentimiento de derrota y frustración. Y así se han mantenido estos cinco siglos. 

Tres siglos lamiéndole las botas a los gachupines, y después de 1824, lamiéndole las botas a los extranjeros, fueran franceses o gringos en la actualidad. La gente de ideología criolla, bien la encarna la señora Téllez. Blanquitos, con el poder económico y político, despreciando permanentemente al pueblo y la cultura Madre, del cual viven y la que explotan. Pero aquí está el punto, amable lector: la gente de ideología criolla, son despreciados permanentemente por aquellos, que ellos aspiran a copiar, es decir, a los extranjeros. Este sentido de derrota histórica e inferioridad permanente, es, en principio, generado por los criollos, no por los pueblos anahuacas, que siguen mantenido su lucha de resistencia cultural. 

El México imaginario es subdesarrollado por la inferioridad de los criollos. El México profundo, es explotado y despreciado por el imaginario, pero ha mantenido la defensa de la identidad en estos cinco siglos. Unos se sienten inferiores y los otros están explotados y excluidos, esa es la realidad en este país. 

Los extranjeros que viven en “extranjía”, no piensan como la señora Téllez, por el contrario, admiran al México profundo y esa es una de las razones del gran número de visitantes al país. El turismo extranjero está sustentado en el interés por las culturas ancestrales, indígenas y populares de México. La señora Téllez es ignorante y racista representante “del pueblo” que desprecia. Pero de la misma manera muchas personas que viven muy bien de la explotación del pueblo, lo desprecian y no tienen piedad y empatía con él. El hecho que 16 familias de criollos posean 150 mil millones de dólares, y que, más del 72% de los anahuacas sean pobres, según la UIA, es una forma muy clara, con números duros, de ver el racismo que sufrimos en el país. Vivimos peores tiempos que en el periodo colonial; la pobreza, la injusticia y la exclusión son alarmantes y rayan en lo inhumano.  Educayotl aC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. www.toltecayotl.org