Historia de México, la materia más aburrida
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Historia de México, la materia más aburrida

 


Es lamentable que el pueblo de este país no tenga la más mínima conciencia de su pasado. Esto no es un hecho fortuito o genético, es en cambio una estrategia colonizadora para dejar al pueblo indefenso ante su depredación por medio de la amnesia. Los mexicanos no sabemos nada del pasado, pero resulta que, como personas, familias y pueblos, somos lo que recordamos, y, si no nos recordamos, ¡no somos nada! No es exageración, esta ha sido parte de la estrategia para que el mal llamado mexicano tenga tan baja autoestima, se encuentre permanentemente derrotado y se sienta impotente e incapaz.  

Esto es un drama no solo de los ciudadanos de a pie, comienza en las alturas del poder político, económico, académico y cultural. Y un ejemplo, es el texto que publica un ex gobernador, ex general y es funcionario público en el periódico La Jornada el pasado viernes cuatro.

En efecto, titula su entrega como “Tres emperadores aztecas”, cuando en el Anáhuac nunca existieron imperios y emperadores, además que los mexicas jamás se llamaron a sí mismos “aztecas”. En un pueblo totalmente amnésico, este garrafal error pasa totalmente desapercibido. Es como si el general escribiera, “Tres sultanes del reino de E.U.” Qué tan grave puede ser tanta ignorancia de una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad. ¿Podría tener relación esta ignorancia con el grado de pobreza e injusticia? 

Una de las materias más aburridas y sosas del sistema de educación pública en México, desde el cuarto año de primaria hasta la universidad, es la fatídica “Historia de México”. Pareciera que a propósito se diseña su aburrimiento y su desinterés. Docentes y estudiantes tienen que pasar ese trago, no amargo, sino totalmente aburrido en la escuela. Los reiterados estudios sobre la amnesia del pueblo de México, revelan que el pueblo no conoce lo más mínimo de “su historia patria”. Pareciera que a los mexicanos por designio divino nos ha sido negada la historia.

Sin embargo, el pasado no es solo “lo que pasó”. El pasado es, al mismo tiempo presente, porque lo que fui ayer, me hace ser lo que hoy soy. Pero también, al mismo tiempo, el pasado es futuro, porque lo que fui y lo que soy, determina lo que seré. Así de simple, el pasado, el presente y el futuro son muy relativos, solo existe, en verdad el aquí y el ahora. Mientras el pueblo no recobre su memoria histórica y su identidad cultural ancestral seguirá atrapado en el laberinto de ser extranjeros incultos en un país pobre e injusto, en dónde un puñado de extranjeros hacen lo que quieren. 

Es notable que China e India, civilizaciones tan antiguas como la nuestra, la historia ancestral es parte de su presente, en el que están involucrados pueblo y gobierno. En el último congreso del partido comunista chino, en donde su líder Xi Jinping en el documento resolutivo final, apunta que, “El proyecto vuelve a centrarse, pues, en sus tradicionales señas de identidad”. En efecto, China a pesar de ser una de las mayores economías del planeta, creciendo a más de un 10% anual y desarrollando un impresionante impulso tecnológico, que la hace ser la nación del futuro en el siglo XXI, basa uno de los diez puntos de su programa para alcanzar sus objetivos en el fortalecimiento de su cultura ancestral.

En contraparte, el Estado mexicano desde 1824, insiste tercamente en desaparecer los más de nueve milenios de historia, cultura e identidad, basando su pasado como lo llaman “prehispánico”, oficialmente en la cultura mexica y Tenochtitlán. Ponen a los mexicas, como los griegos de su país, razón por la cual, en el Museo nacional de Antropología e Historia de la CDMX, la sala mexica ocupa el lugar más importante y está en el centro del museo. Pero también podríamos mencionar la zona arqueológica del Templo Mayor, que la han convertido en el corazón “del México prehispánico”.

El Estado mexicano neocolonial de ideología criolla, renuncia a los 9500 años de historia “propia nuestra”. Desprecia, voluntariamente, al legado histórico-cultural de ser una de las seis civilizaciones más antiguas del planeta y solo usa las zonas arqueológicas como atractivo turístico, desechando el potencial de una de las herencias culturales más importantes de la humanidad. Se amputa la base y esencia de la memoria histórica y la identidad del pueblo.  

La academia colonizada de ideología criolla hispanizante, ha cumplido cabalmente con su papel de esquirol de la historia, y ha hecho de Hernán Cortés y la invasión, un prohombre y un acto civilizatorio del que dicen ellos, somos producto de “el encuentro de dos civilizaciones”. El hijo producto de la violación de Mailche por Cortés, Martín Cortés, es el símbolo del mestizaje. Como se aprecia, con un poco de sentido común y pensamiento crítico, es la historia descolonizada el antídoto para lograr la descolonización intelectual, cultural, económica y política. Esta es la razón por la cual, la materia de historia de México, siempre ha sido un tabú.  Educayotl AC. Descolonizar es dignificar.www.toltecayotl.org