Una educación para la niñez oaxaqueña (Parte II)
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Toltecáyotl

Una educación para la niñez oaxaqueña (Parte II)

 


Una educación que los enseñe a conocer su milenaria historia, revalorar las tradiciones, usos y costumbres como el producto decantado de miles de años de desarrollo humano. Enseñarlos que son hijos de los hijos de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del planeta, formarlos en el orgullo y la alta responsabilidad de ser parte de una cultura ancestral. Una educación que les enseñe la gran responsabilidad de mantener su cultura y la biodiversidad de su región, y que representan su patrimonio y su futuro. Que los haga sentirse orgullosos de sus antepasados, de sus lenguas madres, de los saberes comunitarios, de su riqueza gastronómica, de su arte tradicional y la sabiduría milenaria que existe en los valores y principios de la vida en comunalidad, que lleva siglos de mantener una lucha de resistencia a las agresiones que pretenden acabar su cultura, su conciencia de ser y su forma milenaria de vivir.

Se requiere una educación descolonizadora, crítica y analítica, que, en vez de tratar de cambiar la forma de vivir, la refuerce y fortalezca. Que, en vez de alentar el que migren, enseñarles el valor que tiene su calidad de vida en la comunidad. Se necesita fortalecer y acrecentar la memoria histórica ancestral, de la comunidad, la región, la cultura y la civilización Madre. Se requiere la revaloración de la identidad cultural, conocer la Toltecáyotl para activar su banco genético de información cultural y que aflore su potencial de seres humanos libres, consientes y creativos. Despertar la necesidad consciente de ser ellos mismos, y no, un modelo ajeno e inalcanzable.

Para hacer esta clase de educación, se requiere forzosamente reeducar al profesor oaxaqueño. Un cambio de adentro hacia afuera. Necesitamos formar a un magisterio descolonizado, con un pensamiento crítico y con un alto sentido de responsabilidad comunitaria y cultural. Ese es el primer y más importante desafío para crear una educación para la niñez oaxaqueña. El profesor del llamado nivel de “Educación indígena”, requiere un exhaustivo y profundo trabajo de descolonización. Necesita conocer descolonizadamente la historia y filosofía de la Civilización Madre, para valorar y dimensionar la civilización y la cultura a la cual él pertenece. Se requiere desterrar los sentimientos de inferioridad que le ha generado una sociedad racista y una instrucción colonizada, que recibió en las instituciones educativas, como son las normales y UPN.

Para descolonizar la educación, primero se necesita descolonizar al profesorado. El docente debe sentirse inmensamente orgulloso de ser descendiente de la civilización Madre y tremendamente motivado por ser parte de una cultura ancestral. Solo de esa manera podrá trasmitir y motivar a sus estudiantes. El docente debe ser el faro que guíe las aspiraciones de los estudiantes. Debe convertirse en un referente de vida y de valores, que deje profunda huella en sus estudiantes. Un profesor con un rostro propio y un corazón verdadero, una antorcha que no ahúma, un símbolo de vida.

Solo un docente que sienta la necesidad consciente, íntima y personal de descolonizarse, podrá formar nuevas generaciones de oaxaqueños.   Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización con las ideas del carcelero. Descolonizar es dignificar. www.toltecayotl.org